El Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO) acusó opacidad en el proyecto anunciado por los gobiernos estatal y federal para la construcción de la presa “Margarita Maza”, que tomará el lugar de “Paso Ancho” y con lo que, en teoría, las autoridades buscan solucionar la crisis por la falta de suministro de agua en la ciudad de Oaxaca y su zona metropolitana.
El director del INSO, Juan José Consejo Dueñas, sostuvo que las autoridades no han informado en qué consistirá el proyecto ni si éste cuenta ya con los proyectos de viabilidad e impacto ambiental, pues recordó que “Paso Ancho”, promovido durante la administración de Gabino Cué Monteagudo, fue cancelado por la existencia de una falla geológica.
Ante ello, Consejo Dueñas advirtió que no deberían comenzar los trabajos, anunciados para iniciarse en agosto, con una inversión de 4 mil 600 millones de pesos, hasta que el proyecto se transparente y se lleve a cabo una consulta libre e informada entre las poblaciones que resultarán afectadas, pues de lo contrario podrían surgir conflictos sociales de alto impacto.
“La propia Presidenta, la estoy citando, dejó muy claro que cualquier obra requiere de un proceso de consulta y aprobación, consentimiento informado, en particular de los pueblos originarios; entonces, aquí habría una contradicción porque primero dice ‘sí va la obra’ y luego dices ‘se va a hacer con mucho cuidado porque hay que pedir permiso’. (Debemos) ver el componente ambiental… también requeriría (la obra) un proceso de impacto ambiental que tampoco vemos cómo se esté haciendo”, comentó el especialista.
“Probablemente yo creo que por desconocimiento, (la Presidenta) no conoce que, por ejemplo, nos han hecho decir (que) Paso Ancho ya se intentó y se hizo tan mal que se tuvo que cancelar y se hizo mal en todos sentidos: en términos de cumplimiento de la legislación vigente, en términos del diseño del propio proyecto (y) en términos de sus componentes”.
Cambiarían ubicación de presa
Consejo Dueñas refirió que lo único que sabe el INSO sobre el megaproyecto y de manera extraoficial, es que la presa no se construirá en el mismo punto donde estaba prevista Paso Ancho, en aguas del río Verde, sino que, al parecer, se edificará en otro ramal, en el río Sola.
“Parte del asunto que demandamos de las autoridades es no sólo que nos digan con claridad cómo piensan hacer las cosas, si no que se habrán espacios para que lo discutamos.
“Entre las cosas que se nos han dicho es ‘vamos a modificar este proyecto’; incluso, ya le cambiaron el nombre, pero no es nada más creo un cambio de nombre… creo que el propio diseño, según la información que nos han dado los funcionarios, (es que) el propio proyecto se cambió incluso hasta de rio. Antes era sobre lo que venía siendo el río Atoyac, en el proceso del río Verde, y ahora parece que es otro ramal, que es el del río Sola, pero, de nuevo, cuando digo parece (es porque) eso es lo que se dice sin que hay información clara”.
El INSO insistió en que el proceso de socialización es indispensable para que la población tenga la garantía de que se trata de un proyecto eficiente, pues al fin y al cabo, las erogaciones que se lleven a cabo surgirán de recursos del pueblo.
“El proceso que siguió en su momento Pasó Ancho fue de gran opacidad y el resultado fue que no se pudo llevar a cabo y nosotros decimos: ‘Hay que tener mucho cuidado con este tipo de obras’, resaltó.
La información verdaderamente útil, dijo, tiene que ver con pormenorizar las características de los trabajos que se pretenden erigir, además de que éstos deben ser acompañados por múltiples acciones que lo acompañen, pues la presa por sí sólo no resolverá los problemas de abastecimiento de agua.
Entre las acciones que las autoridades deben emprender resaltan recuperar y preservar las esponjas, las fuentes de agua, que representan las montañas alrededor de la ciudad, tanto al norte como al sur de los Valles Centrales.
Así, las acciones que deben ser implementadas son rehabilitar las áreas afectadas por los incendios forestales e impedir que la mancha urbana continúe devastando bosques y cerros, pues la interacción del cambio climático con acciones provocadas por los humanos únicamente desembocarán en el detrimento de la producción de agua.
“Estas amenazas sobre el macizo montañoso de donde viene en buena medida el agua las tenemos que enfrentar. Una estrategia adecuada del agua incluiría proteger nuestras fuentes actuales de agua”, abundó.
No es un proyecto a corto plazo
Además, el activista descartó que el proyecto “Margarita Maza”, en caso de que llegue a ser implementado, vaya a resolver a corto plazo el problema por la falta de abastecimiento, pues ese tipo de proyectos regularmente tardan en construirse más de 5 años, además de que las inversiones anunciadas siempre termina por ser mayores.
“Aun si se hace muy bien y se cumplen las expectativas o las promesas en torno a la obra, se va a llevar mucho tiempo… probablemente lo que resta del sexenio y otro más.. de todos modos ese tipo de proyectos son de un horizonte de 5 años para adelante porque se tiene que hacer la presa; luego, está el acueducto y luego están las obras complementarias y, luego, el asunto, insisto, de bombear y limpiar el agua.
“Tiene muchos componentes, no son proyectos fáciles. Normalmente ese tipo de proyectos terminan tardándose más de lo que se ofrece y terminan costando más de lo que dicen que va a costar. El número de años y los miles de millones de pesos que nos dicen que esto va a tomar, indican claramente que no es una solución a corto plazo”.
Mientras el proyecto Margarita Maza se socializa y se pone a consulta, el gobierno estatal debe trabajar de inmediato en la red de agua potable “que tiene problemas muy serios de fugas y de tomas irregulares”.
Se suma también de que en la actualidad no existe una separación entre el agua para uso humano y el agua de riego.
“Entonces tenemos que entrarle al asunto del riego, tenemos que rehusar agua en vez de simplemente echarla al río y esto significa meternos al saneamiento del río Atoyac y del río Salado.
“Tenemos que colectar agua de lluvia porque la fuente primaria de agua es la lluvia y esto se puede hacer a nivel del terreno, de las calles o de los edificios. Se ha hecho poco en esta dirección. Tenemos que revisar el marco legal, empezamos un poco por ahí el marco legal en dos sentidos: quién paga y cuánto paga por los derechos del uso del agua y luego quién decide cuáles son las prioridades de uso y ambos temas están ahí sueltos”, resaltó.