La historia política de San Pablo Coatlán, una zona de alta conflictividad, cambió radicalmente al resultar ganador en la elección por usos y costumbres el candidato Gerardo López García, quien pone fin a un cacicazgo de más de diez años, encabezado por el edil Abraham López Martínez.
El triunfo de López García se produce en un contexto de extrema violencia política. El hoy presidente electo sufrió un atentado en el que perdió la vida su primo, quien se desempeñaba como su chófer.
A pesar de haber ganado la contienda, el clima de violencia que permea contra alcaldes y funcionarios municipales en la región mantiene a Gerardo López García temiendo por su vida.
Este panorama subraya los riesgos que enfrentan los líderes que buscan romper estructuras de poder establecidas en Oaxaca, dijo en una conferencia de prensa el edil electo, al señalar que ya presentó sus denuncias ante la fiscalía.
Y es que el edil Abraham López Martínez había mantenido un férreo control del municipio durante más de una década, alternando distintos periodos y figuras para perpetuar su influencia política.
Tras conocerse los resultados, el presidente electo agradeció la confianza y anunció el inicio inmediato de los trabajos para conformar un plan estratégico para cada agencia y la cabecera municipal, buscando atender las necesidades más urgentes.
“Mi administración buscará consolidar un gobierno de paz, justicia y cambio verdadero, basado en la participación de la comunidad y la transparencia en el ejercicio público,” declaró López García.
El nuevo gobierno en San Pablo Coatlán enfrenta el doble reto de implementar su agenda de cambio y consolidar la gobernabilidad en un ambiente de alta tensión y amenazas a la seguridad de sus funcionarios.










