Las calles de Juchitán de Zaragoza se siguen regando de sangre inocente, como el secuestro y feminicidio de la pequeña Noelia Dayleán, de apenas cuatro años, crimen que revivió al somnoliento operativo de seguridad que está en marcha desde hace meses para dar con el paradero de más integrantes de la banda del autodenominado “comandante cromo”, un bicho que por donde se esconda la gente no tiene duda de que en las altas esferas gubernamentales alguien lo protege. Vaya usted a saber quién o quiénes no quieren que con su detención alguna carrera de seguridad o política se descarrile, arrastrando consigo a funcionarios de varios niveles. El gobierno de Claudia Sheinbaum tiene un gran reto: sobrepasar los retenes locales y algunas fuentes de complicidad regionales que están poniendo en ridículo la labor del sistema nacional de seguridad encabezado por Omar García Harfuch.
Una marcha al parecer legitima de protesta se convoca para este sábado 15, a fin de que el estado y el país se enteren de que la tierra de tantos poetas, pintores y gente de bien sigue en manos del crimen organizado, que sus habitantes no han salido de su condición de rehenes, y que es un municipio fallido. La sociedad teca ya no aguanta más. Por su tradición de organización política liberal y de izquierda, más el entrecruzamiento de proyectos como el corredor transístmico, el tren con sus diferentes rutas, y constituirse como polo de atracción de cuantiosas inversiones, sigue siendo el Istmo de Tehuantepec un baluarte estratégico al cual no se le ha puesto la atención debida, después de ser el municipio favorito al inicio de la gestión de Salomón Jara y familia. Hay dolor, temor e indignación, mucho más genuino y legítimo que en otras zonas del país. ¿Alguien puede proponer un verdadero y efectivo Operativo Juchitán que devuelva la paz y tranquilidad a la tercera ciudad más importante del estado?
El uno de noviembre, sucedió el caso del alcalde asesinado de la ciudad de Uruapan, el cual ha sido aprovechado por la derecha más ruin para acreditarle políticamente la responsabilidad del homicidio de Carlos Manzo al gobierno morenista y no voltear hacia el grupo delincuencial que lo mandó a ejecutar.
El legítimo reclamo por el ataque criminal se ha prestado para atizar el fuego de una movilización que grupos de una falsa generación zeta (los nacidos entre 2008 y 2013), identificados con la derecha van a realizar este fin de semana. Expropiado el sello que jóvenes progresistas habían alimentado con dicha identificación para promover diversas causas, empresarios mexicanos como Ricardo Salinas Pliego y socios, se montan en dicho “movimiento” para proteger sus más oscuros intereses y experimentar si con “movilizaciones” de este carácter pueden entusiasmar a otras personas y “derrocar al gobierno dictatorial de morena”. Detrás del disfraz de “revolucionarios” de derecha se esconde la misma cola de Xóchitl Gálvez, el tal Moreira, Alito, Claudio X. González, Carlos Alazraki y demás fauna con “aguerridos” voceros en medios de comunicación que desean regresar el minutero de la historia.
El jueves se consumó la derrota anunciada de Ricardo Salinas Pliego en la nueva Corte que lo condenó a pagar a la Hacienda Pública más de 48 mil millones de pesos, desechando diversos recursos interpuestos por Tv Azteca y Grupo Elektra, con lo que dichas empresas tendrán que pagar impuestos que desde 2008 han eludido. En este río revuelto, el bloque duro magisterial, el de Oaxaca, actúa y se enfrenta para gritar al unísono: “represión y autoritarismo” y que nada se ha avanzado en sus demandas, lo cual no es todo cierto. Sospechosa coincidencia.
Recupero la grata experiencia vivida en la comunidad chinanteca de San José Chiltepec, Oaxaca, durante la festividad del día de muertos 2025. Con sus tradicionales ofrendas, monumentales altares, velación en el panteón, feria popular y un gran baile, cerraron así sus actividades de manera pacífica, sin perder la manera particular de compartir con visitantes una taza de café, atole champurrado, chocolate, pan y tamales, un gesto de agradecimiento y hospitalidad cuenqueña.
Abiertas de par en par las puertas de las casas, hay veladoras colocadas en un camino de luz para que se alumbren las almas durante su regreso. Algunas ofrendas corresponden a las familias Gabiluz Yescas Roberto, Cincha Roberto Cruz, Herrera Ortiz, Herrera Antonio, Lozano Yescas, Yescas Bautista, Nolasco Ferrer, Leyva Roberto, y especialmente, Concepción Castillo, la señora multipremiada de los concursos anuales por la ofrenda de animales guisados de monte. Botón de muestra de que las expresiones auténticas de la cultura y gastronomía local pueden ser compartidas para el regocijo popular que nace del culto y respeto por los muertos.









