El presidente Donald Trump ha escalado su guerra contra los medios internacionales al amenazar a la BBC con una demanda millonaria por difamación, en respuesta a un documental emitido por la cadena británica que, según él, manipuló un fragmento de su discurso del 6 de enero de 2021 para insinuar que incitó directamente el asalto al Capitolio. La carta, enviada por su abogado Alejandro Brito el 10 de noviembre de 2025, da un plazo hasta el viernes 14 de noviembre a las 17:00 horas (hora del Este de EE.UU.) para que la BBC retire el contenido, emita una disculpa pública y compense los daños, o enfrentará acciones legales por ‘no menos de 1.000 millones de dólares’ en perjuicios.
El incidente gira en torno al documental ‘Trump, ¿una segunda oportunidad?’, producido por el programa Panorama de la BBC y transmitido justo antes de las elecciones presidenciales de 2024. En él, se unieron dos frases pronunciadas por Trump en momentos distintos del discurso en el Ellipse: ‘Vamos a marchar hacia el Capitolio’ —dicha en un contexto de apoyo pacífico a congresistas— con ‘Lucharemos como demonios’ —de una sección anterior sobre elecciones—. Esta edición, argumenta Trump, creó una narrativa falsa de que alentó la violencia, distorsionando su mensaje original de ‘alentar a nuestros valientes senadores y representantes’ y afectando su reputación global.
La controversia explotó tras un informe interno filtrado por The Telegraph, que criticaba un ‘grave sesgo’ en la cobertura de la BBC sobre el asalto al Capitolio, la guerra en Gaza y otros temas, lo que precipitó la dimisión inmediata del director general Tim Davie y la directora de noticias Deborah Turness. La BBC, en un comunicado oficial, admitió un ‘error de juicio’ en la edición del documental, pero defendió su ‘periodismo imparcial’ y anunció una revisión interna de prácticas editoriales. ‘Reconocemos que la secuencia podría haber sido interpretada de manera errónea y nos disculpamos por cualquier confusión causada’, declaró un portavoz, aunque rechazó demandas de compensación inmediata.
Trump, conocido por sus demandas contra medios como The New York Times y ABC News —donde ha ganado o forzado acuerdos por millones—, ve en este caso una oportunidad para presionar a la prensa extranjera. Su equipo legal califica la edición como ‘maliciosa y despectiva’, alegando impacto en las elecciones y daños a su imagen como líder. La BBC, financiada por una licencia televisiva pagada por 23 millones de hogares británicos, enfrenta ahora un dilema: ceder podría socavar su independencia, mientras resistir podría llevar a un litigio transatlántico que pruebe límites de la libertad de prensa bajo leyes de difamación británicas y estadounidenses.
Reacciones internacionales no se hicieron esperar: el primer ministro Keir Starmer respaldó a la BBC como ‘más fuerte que nunca’ y rechazó eliminar la licencia televisiva, mientras Nigel Farage, líder de Reform UK, celebró la amenaza de Trump y llamó a desfinanciar la cadena. En EE.UU., aliados de Trump como Judicial Watch lo aplauden como defensa contra ‘medios mentirosos’, pero críticos lo tildan de intimidación a la prensa. La BBC planea responder formalmente antes del plazo, pero expertos legales predicen que, si llega a juicio, podría sentar precedentes en jurisdicciones internacionales.










