Esta mañana del jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó a través de su plataforma Truth Social que pospone por 90 días la implementación de un aumento de aranceles del 30% a las exportaciones mexicanas, originalmente programado para el 1 de agosto. La decisión sigue a una reciente llamada con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, descrita por ambos como un diálogo respetuoso y constructivo.
Este aplazamiento busca dar tiempo adicional para negociar temas clave como el tráfico de fentanilo, la seguridad fronteriza y el comercio bilateral, evitando de momento un impacto económico significativo en la relación comercial entre ambos países.
Sheinbaum expresó su gratitud por la oportunidad de seguir fortaleciendo las relaciones comerciales, destacando en un mensaje en redes sociales su confianza en alcanzar acuerdos mutuamente beneficiosos. La medida responde a las tensiones surgidas por las acusaciones de Trump sobre la insuficiencia de México en combatir a los cárteles y el flujo de drogas, aunque también refleja un reconocimiento implícito a los esfuerzos recientes de México, como el despliegue de la Guardia Nacional y la reducción de cruces ilegales.
El plazo extendido hasta octubre permitirá a funcionarios de ambos gobiernos, liderados por el secretario de Economía Marcelo Ebrard y su contraparte estadounidense, trabajar en mesas de diálogo sobre migración, seguridad y comercio.
La decisión ha sido recibida con alivio en sectores económicos mexicanos, aunque persisten dudas sobre los resultados de las negociaciones, dado el historial de Trump de usar aranceles como herramienta de presión. Analistas sugieren que el aplazamiento podría ser una táctica para evaluar el progreso mexicano, mientras las autoridades piden a la población mantenerse informada ante posibles desarrollos. La relación bilateral, enmarcada en el T-MEC, sigue siendo un punto crítico, con ambos líderes enfatizando la importancia de un enfoque colaborativo en lugar de medidas coercitivas.