El grupo folclórico Binni Guenda fue víctima de robo luego de que el vehículo en el que se trasladaban fue abierto por amantes de lo ajeno en inmediaciones del barrio de Xochimilco, por lo que han solicitado a la ciudadanía su apoyo para localizar estas prendas de vestir valuadas en más de 30 mil pesos.
El director de la agrupación, Roberto Carlos Águila Bravo, expresó que el lunes, luego de asistir a un evento donde fueron contratados, decidieron acudir a un restaurante para poder ingerir alimentos, por lo que estacionaron la camioneta en la que se trasladaban a un costado de la Parroquia de Santo Tomás Xochimilco cerca de las 19:00 horas.
Al regresar a la unidad, se percataron que habían sido víctimas de robo, ya que la camioneta presentaba indicios de que había sido forcejeada en ambas puertas, tanto del piloto como del copiloto, una de ellas cedió ante la manipulación de la cerradura.
Al supervisar sus pertenencias, se percataron del robo de nueve trajes completos de la danza de la pluma y cuatro penachos, valuados en más de 30 mil pesos, indumentaria que ha sido adquirida por la agrupación gracias a sus esfuerzos en cada una de sus presentaciones.
El director lamentó la situación pues consideró que quienes robaron estos trajes no desconocen el valor y esfuerzo que realizaron como agrupación para poder adquirirlos.
“Estamos tristes con la seguridad en Oaxaca, solicitamos a la ciudadanía que, si alguien llega a verlos o se los ofrezcan, por favor de comunicarse, solo queremos recuperar lo que con tanto esfuerzo y trayectoria nos ha costado adquirir”, dijo.
En tanto, aseguró que para las presentaciones futuras van a tener que alquilar o pedir prestado los trajes.
A pesar del amplio despliegue de seguridad anunciado por las autoridades con motivo de la celebración de la Octava del Lunes del Cerro, un hecho delictivo ocurrido a tan solo seis kilómetros del Auditorio Guelaguetza pone en entredicho la efectividad del operativo implementado.
Según se informó, el dispositivo contemplaba patrullajes a pie y motorizados, filtros de seguridad, acciones de proximidad social, vigilancia con drones y coordinación entre instancias estatales y municipales. Sin embargo, ello no fue suficiente para prevenir el robo registrado.
La distancia relativamente corta entre el lugar del robo y el Cerro del Fortín plantea dudas sobre los mecanismos de reacción inmediata anunciados, así como sobre la capacidad de anticipación frente a situaciones de riesgo que afectan tanto a visitantes como a la población local.