Ciudadanos y activistas de 14 comunidades de la región del Istmo de Tehuantepec se declararon en huelga de pago ante la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la que acusan de haber impuesto tarifas exorbitantes entre familias de escasos recursos, que ocupan el servicio para alumbrar una casa o refrigerar alimentos básicos.
Al cobro de tarifas catalogadas por los inconformes como “impagables”, se suman acciones como “cortes arbitrarios” de luz, robo de medidores y “criminalización contra quienes se organizan pacíficamente para defender sus derechos”, por lo que determinaron declararse en “resistencia civil”.
A través de un pronunciamiento, los manifestantes, afines a la Asamblea de Pueblos del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIDTT), condenaron que mientras las clases sociales son castigadas con servicios deficientes y tarifas arbitrarias, la región del Istmo de Tehuantepec nutre de energía eólica a decenas de industrias y zonas urbanas lejanas, sin que ello haya favorecido a la sociedad local.
“Nos encontramos en una región donde se produce gran parte de la energía eólica del país, con decenas de parques generando electricidad que abastece a industrias y centros urbanos lejanos. Sin embargo, nuestras comunidades siguen en la oscuridad, enfrentando tarifas impagables, cortes arbitrarios de luz, robo de medidores y criminalización contra quienes se organizan pacíficamente para defender sus derechos.
“Las llamadas energías limpias no son una transición si no son sociales. No hay justicia energética cuando los beneficios son para las empresas y los costos recaen en el pueblo”, reclamaron.
Los habitantes en protestas son de comunidades y municipios como San Pedro Tapanatepec, El Jícaro, Zanatepec, Reforma de Pineda, Ixhuatán, San Francisco del Mar, La Ventosa, Juchitán, Álvaro Obregón, Santa Rosa de Lima, Puente Madera, Jalapa del Marqués y El Coyul, entre otras
Ante ello, agregaron, como parte de la Red Nacional de Resistencia Civil, “cientos de familias del Istmo nos hemos organizado en una huelga de pago como forma de resistencia civil pacífica. No es que no queramos pagar, es que nos están cobrando por encima de nuestras posibilidades, como si fuéramos grandes consumidores, cuando apenas tenemos para alumbrar una casa o conservar alimentos básicos”.
Afirmaron que durante años han pedido diálogo respeto y soluciones, pero a cambio han recibido amenazas, cortes y desprecio.
“ Las condiciones de pobreza, marginación y abandono que enfrentamos se agravan cuando el acceso a la luz —derecho básico para vivir con dignidad— se convierte en un privilegio”.
Instantes antes habían aseverado lo siguiente: “Desde comunidades del Istmo de Tehuantepec, familias en lucha y colectivos en defensa del territorio, denunciamos la grave situación que vivimos ante los altos cobros de la energía eléctrica, el hostigamiento por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y la negación sistemática de un derecho elemental: el acceso justo, suficiente y digno a la electricidad”.
Posteriormente, reiteraron su denuncia contra lo que catalogan como cobros excesivos y”sin justificación en nuestros recibos de luz”, la aplicación injusta de tarifas como la DAC, que castigan el consumo mínimo en zonas de altas temperaturas y el hostigamiento y la criminalización hacia usuarios organizados y pequeños comerciantes
Asimismo, el robo de medidores y la suspensión arbitraria del servicio sin procesos legales y el incumplimiento sistemático de los derechos del consumidor, ignorando incluso las disposiciones de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
“Por eso, hacemos un llamado abierto y fraterno a todas las comunidades, familias y usuarios que estén viviendo abusos por parte de la CFE: Hoy más que nunca, defender el derecho a la energía es defender la vida, es rechazar el despojo y la exclusión, es caminar hacia un futuro en donde los derechos colectivos de los pueblos estén por encima del lucro privado”.