En días recientes, en el marco de las festividades de la máxima fiesta de los “oaxaqueños”, se realizó la expo feria “Del comal para el mundo: la Tlayuda”, que tenía como principal atractivo el obtener el récord Guinness de la tlayuda más grande del mundo. Sin embargo, desde el anuncio de este evento se generó cierta confusión, ya que no se tenía claro si se esperase obtener la tlayuda más grande del mundo, o la línea de tlayudas más grande del mundo, en ambos casos, aunque se trata del mismo elemento, existe una gran diferencia entre diámetro y perímetro. Y hasta donde sabemos, la Tlayuda es circular.
Pero a pesar de este pequeño gran detalle, el gobierno de la Primavera Oaxaqueña, celebró que, con un total de mil doscientas tortillas, que equivalen a una longitud de 350 metros, se rompió el récord, de lo que al final, porque tal parece ya no había de otra, terminó siendo la línea de tlayudas más grande del mundo, rebasando la anterior marca de 500 tlayudas formadas en línea.
Esta situación, más que un sentimiento de algarabía u orgullo para las y los oaxaqueños, generó burlas, críticas negativas y enojo. Además, una importante cantidad de asistentes al evento coincidían en un consenso, con el siguiente argumento: “no pueden ni mandar bien para hacer una tlayuda como Dios manda, menos van a saber gobernar”, así como también, “estos no conocen Oaxaca”.
En las redes sociales las opiniones no tardaron en criticar el evento generando memes alusivos al momento, demostrando la enorme creatividad que existe y que bien que les hizo falta a los organizadores del evento. Aunque también, les hubiera servido investigar cómo se logró realizar la pizza más grande del mundo en el año 2023 en Estados Unidos.
Además, al momento de la repartición de una parte de la tlayuda más grande del mundo, y al cuestionarle a diversos asistentes, de diversos estratos sociales, ¿por qué se quedaron al recibir su pequeña parte del manjar oaxaqueño sino estaban de acuerdo con el resultado del evento? Las respuestas más populares fueron: “porque el papel picado no se come”, “porque ni en los tequios obligados nos ofrecen de comer dignamente”, y, en algunos casos, “porque es lo único que tal vez vaya a comer en el día”.
Esta última respuesta, aunque con su evidente restricción estadística por el tamaño de muestra, ofrece la oportunidad de cuestionarle al gobierno de la Primavera Oaxaqueña sus resultados. Y es que en el marco del Primer Informe Trimestral del 2025, Salomón Jara señaló que los resultados históricos alcanzados en 2 años por su gobierno han logrado avanzar en el combate al rezago social generado, según el mandatario, por años de abandono. En dicho informe también señaló que después de 29 meses de su gobierno, ya se están cosechando resultados, sobre todo, en materia económica y de infraestructuras.
Desafortunadamente, se tienen otros datos que pueden no cuadrar con una realidad cercana al discurso político del buen gobierno, pero alejada de la realidad del pueblo.
Según cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y del Instituto Mexicano del Seguro Social, durante el primer semestre del 2025, a nivel nacional se registraron las pérdidas de trabajos más pronunciadas se los estados de Sinaloa (-36,068), Ciudad de México (-15,274), Veracruz (-8,920) y, en cuarto lugar, Oaxaca con -7,442 despidos. Siendo el peor resultado para un mismo periodo de comparación desde el 2020, y con un acumulado de 87 mil 287 puestos de trabajo, el menor registrado desde 2003, y en tiempos de inestabilidad financiera, el peor generado por la crisis del 2009.
Por su parte, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, a cierre del primer trimestre del 2025, muestra los datos de la tasa crítica laboral, la cual es la suma de desocupados, sub ocupados, ocupados que laboran menos de 15 horas a la semana, que buscan trabajo o que se encuentran ocupado en condiciones crítica de empleo. Estos datos registran a la Ciudad de Oaxaca de Juárez con un 47.4% de su población en esta situación, colocándola en la posición número 11, de un total de 39 ciudades analizadas. Estos resultados también arrojan que, la tasa de informalidad al cierre del primer trimestre del 2025 posiciona a Oaxaca de Juárez en la tercera posición con un 59.7% de su población en situación de informalidad laboral. En términos generales, si esta es la situación registrada en la ciudad más importante del estado, perteneciente al municipio capital donde se encuentra centralizada gran parte de la infraestructura de gobierno y del sector privado, ¿qué podemos esperar del resto de las ciudades o municipios?
Por su parte, de acuerdo con el colectivo conformado por científicas y científicos sociales, México, cómo vamos, en su más reciente informe titulado “El semáforo de generación de puestos de trabajo formales en México”, los resultados en materia de empleos a nivel nacional dejan mucho que desear para lograr la meta 3 del Plan México, el cual se refiere a la creación de más de 1.5 millones de empleos adicionales en manufactura y sectores estratégicos. En este informe, también señala que Oaxaca se ubica dentro de las 13 entidades de país que no sólo no generaron nuevos puestos de trabajo, sino que presentan una pérdida en su registro de puestos de trabajos durante el segundo trimestre del 2025.
Sumado a lo anterior, y de acuerdo con los indicadores estratégicos de ocupación y empleo del INEGI, en una comparación del periodo enero-marzo del 2024 y enero-marzo del 2025, la población ocupada en el estado de Oaxaca fue mayor en el 2024 (1,844,007) en comparación con el 2025 (1,799,614) en el mismo periodo. Además, en el 2024 por nivel de ingresos, existían 870,422 trabajadores que recibían sólo un salario mínimo, para el 2025 se registran 915,460, un dato mayor, es cierto, Sin embargo, de 342,183 personas que recibían más de 1 hasta 2 salarios mínimos en el 2024, disminuyeron a 333,471 para el 2025; de los 62,119 trabajadores que recibían más de 2 hasta 3 salarios mínimos en el 2024 pasaron a ser 47,213 para el 2025; y, quienes recibían más de 3 hasta 5 salarios mínimos en el 2024 eran 14,338 trabajadores, para el 2025 sólo se registraron 11,308. Con estos datos, en un análisis a priori, se puede deducir que en Oaxaca se está logrando lo que todo modelo de gobierno “autodenominado del pueblo” tiene por objetivo, distribuir de manera equitativa la pobreza, no la riqueza. Aunque también es cierto que se pueden esperar los datos anuales del 2025 para tener la certeza de lo que indican los datos.
Otros datos que generan inquietud son los presentados por la Unidad de Inteligencia Económica Global, de la Dirección General de Inversión Extranjera, y de la Dirección de Estadística y Análisis Económico, todos estos organismos pertenecientes a la Secretaría de Economía Federal. Estos señalan que. al cierre del 2024, el estado de Oaxaca, con un indicador de 82 millones de dólares, se ubica en la penúltima posición en la llegada de Inversión Extranjera Directa, sólo por arriba de Guerrero, y lejos de los 158.1 millones de dólares registrados al cierre del 2022, y por mucho, alejado de los 487.8 millones de dólares registrados al cierre del segundo año de gobierno de la pasada administración estatal. Por si no fuera poco, el número de empresas que registraron uno o más flujos de Inversión Extranjera Directa en el 2024 fue de 66, tres más de las registradas en el 2023 (63), pero lejos de las 137 empresas registradas en el 2022.
En materia de seguridad pública, no hay muchos resultados positivos que defender. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el número de los homicidios dolosos de enero a mayo del 2025 registra para Oaxaca un total de 350 sucesos, cifra por arriba del promedio nacional (336.47), cifra que la coloca en la posición 16 nacional. Sin dejar de mencionar los recientes hechos de violencia y crimen registrados en diversas partes de la entidad que han generado más preguntas que respuestas.
En materia de competitividad hay poco o nada que celebrar. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, en su informe sobre la competitividad estatal 2025, en su índice estatal de competitividad, coloca a Oaxaca en la posición número 30, sólo por arriba de Guerrero y Chiapas. En el lugar 25 en innovación y economía, en infraestructura en el lugar 31, con resultados negativos en lo relacionado con el acceso al internet, uso de banca móvil, y la comunicación terrestre. En mercado de trabajo, en el lugar 29, en sociedad y medio ambiente, en la posición 31; y, en el lugar 30 en materia de sistema político y gobiernos, donde se mide la deuda estatal y de sus organismos, el costo promedio de la deuda, los ingresos propios, la percepción de la corrupción estatal, así como la participación ciudadana.
Por todo lo anterior expuesto, regresamos a la pregunta que nos atañe, ¿qué tiene en común el crecimiento económico y el récord Guinness en Oaxaca? Y salvo mejor opinión de usted querido lector, es la simulación. Pero también celebrar como resultados positivos la realidad que no es, pero que simulan como la realidad de grandes resultados -jamás antes vistos- que se encuentra en la percepción de los integrantes del gobierno estatal, aunque se considere una realidad distorsionada por la gran mayoría de las y los Oaxaqueños.
En estos momentos, donde el estado de Oaxaca se parte en dos, entre la apreciación de la Primavera Oaxaqueña y la opinión ciudadana, vale recordar una frase de los gobernantes más soberbios de la historia, Napoleón Bonaparte, que fue dicha durante el ocaso de su poder: “nada va bien en un sistema político en el que las palabras contradicen a los hechos”.