ESTÉNTOR POLÍTICO – Suicidios en el Metro de la CDMX, una tragedia social sin atención
Entrando la nublada tarde del miércoles 30 de octubre había acordado la compra de “una gran joya” con un vendedor de libros: “Poesía”, en tres tomos, del poeta jalisciense Enrique González Martínez. Conforme a lo acordado, nos veríamos a las dos de la tarde en los torniquetes de entrada de la estación del Metro Xola, en la Línea 2 (línea azul) que corre de Cuatro Caminos a Tasqueña, una ruta de las más transitadas; tan solo en 2024, transportó a más de 212 millones de usuarios; por día, 581 mil; y en el primer trimestre de 2025, movió a 53 millones de usuarios a sus destinos.
La paciencia de los que tienen el privilegio de vivir en la CDMX es muy escasa; todo mundo anda a prisa y apenas domina la desesperación; ese día no era mi caso: yo podía esperar, pero habían transcurrido 15 minutos después de la hora acordada, al final 45 minutos. Cuando el reloj del andén marcó las 2:20 pm, el librero, quizá apenado y preocupado porque llegaría tarde, me envió un mensaje por WhatsApp con una foto de la estación Pino Suárez, donde se encontraba, “Aquí atorado, tiene 20 minutos que no pasa ningún tren”.
Y efectivamente, durante casi una hora, no se movió ningún tren; la razón: una joven se había arrojado a las vías del Metro en la estación Pino Suárez de la Línea 2; había que actuar y tratar de rescatarla, porque no importa la espera cuando la vida de alguien puede salvarse.
Entre los años 2020 y 2025 se han registrado 178 personas fallecidas por aventarse o caer a las vías del Metro: en promedio tres por mes; aunque los encargados de conducir los convoyes aseguran que la cifra reportada es muy baja, pues en ocasiones se registran hasta 10 casos de gente que se avienta a las vías, el equivalente a unas dos mil 520 personas en los mismos años referidos.
Justo en las vías de la Línea 2 se concentra la mayoría de las muertes en el Metro en este periodo (un total de 54); en segundo lugar está la Línea 3, que va de Indios Verdes a Universidad, y que registró 33 decesos; y le sigue la Línea B, que sumó 20.
Algunas de las estaciones donde se registra el mayor número de casos, con nueve cada una, son General Anaya e Hidalgo; también con alta frecuencia están Bellas Artes, Nativitas, Panteones y Copilco, así como el Instituto del Petróleo, en otras líneas del SCT Metro; es entre las siete y las ocho de la noche cuando se registran más casos, pues se reconocieron 19; y entre las 11 de la noche y las 12 de la madrugada se presentaron 15 incidentes.
El acto de aventarse a las vías del Metro se ha vuelto muy frecuente durante la última década, incluso ha sido motivo de análisis de especialistas que aseguran que las causas que orillan a las víctimas a atentar contra ellas mismas sobre las vías del Metro son de índole muy diversa; por ejemplo, la psicóloga Gerú Aparicio refirió, a un diario de circulación nacional, que algunas causas derivan de la precarización del empleo y los prolongados tiempos de transporte.
Sin embargo, entre las causas se han documentado decepciones amorosas, una precaria y débil economía, depresión por problemas familiares, desempleo, deudas y un largo etcétera; y este fenómeno se ha sumado al crecimiento del suicido en México en 400 por ciento respecto a la década de 1970.
Otras investigaciones, como la elaborada por el sitio Swagger revelan que del 100 por ciento de personas que mueren en las vías del metro, 80 son suicidios a causa de la depresión, principalmente ligada a la pobreza; 15 por ciento por desesperación del sujeto y el cinco por ciento son muertes accidentales. Estos últimos datos son preocupantes y deben alertar a los gobernantes para instaurar políticas que combatan los problemas sociales tales como la pobreza, marginación, insalubridad, mala educación, violencia; problemas que producen insatisfacción e infelicidad en los individuos y los hacen buscar una salida “fácil” a sus problemas particulares, producto del modo en que opera el capitalismo. Por el momento, querido lector, es todo.









