En los últimos meses, en Oaxaca la revocación de mandato ha sido un tema referente y polémico en los medios, en las mesas de análisis, en la opinión pública, en las dependencias del gobierno estatal y, por supuesto, en los pasillos del palacio de gobierno de la primavera oaxaqueña. Y no es para menos, ya que no es un tema menor para Salomón Jara, cuyas estrategias políticas sino le salen mal, le salen peor de lo que esperaba.
A pesar de esto, recientemente, los adeptos a la primavera oaxaqueña han señalado en sus columnas de opinión que en la revocación de mandato los bots no votan, ya que, según ellos, la revocación de mandato es un ejercicio que va mucho más allá de las redes sociales.
Pronto olvidaron que, desde el día de su triunfo electoral, AMLO el patriarca de Morena se refirió a las “benditas redes sociales” como un factor fundamental para posicionar su agenda en comunicación con la población. Luego entonces, ¿una revocación de mandato estatal es más importante que el triunfo presidencial del 2018 como para minimizar el poder de las redes sociales?
Los gurús políticos del gobierno estatal también señalan que la revocación de mandato es un proyecto del mismo gobernador, para demostrar el músculo desde los municipios y la estructura de partido que representan, así como para desmentir a los detractores políticos que aprovechan baches, necesidades y demás fisuras para pegarle a su gobernador, cuando en realidad son problemas generados por la desatención de los ayuntamientos (si, los mismos que actualmente siguen siendo Morenistas). Entonces, ¿la revocación de mandato estatal del 2026 es un proyecto que fue antes de la revocación de mandato presidencial del 2022?
Pero más allá de interpretaciones personales, vayamos a los datos duros.
La consultora CE Research, a través de su ranking de gobernadores de México mide la aprobación en temas primordiales de la gestión de los gobernadores de México, utilizando una metodología con un margen de error del 3.5% y un nivel de confianza del 96%.
En su informe de septiembre del 2025, en el ranking de popularidad coloca a Salomón Jara en la posición número 30, con una aprobación del 39%. En cuanto a combate a la pobreza, se posiciona en el lugar 23, con un 38% de aprobación en las acciones del gobernador para combatir y acabar con la pobreza en el estado. En materia de empleo, Jara se encuentra en el lugar 25, con un 32% de aprobación en sus estrategias para generar empleo en la entidad. En lo que respecta a las finanzas públicas, el lugar que obtuvo es el 23, donde sólo el 37% aprueba la forma en la que administra las finanzas del estado.
El mismo informe de septiembre señala que en materia de salud, sólo el 39% aprueba que el sistema de salud estatal es eficiente, con lo cual se ubica en el lugar 22. En obra pública, registra una aprobación del 30% sobre las acciones del gobierno estatal para la inversión en el estado en obra pública. En materia de optimismo, sólo el 30% se siente optimista con el desempeño del gobernador, mientras que sólo el 32% considera que el Salomón es capaz para sacar adelante a su estado. Finalmente, en el ranking de desempeño de octubre, ubica a Jara Cruz en la posición 27, con una aprobación del 39%, siendo este el indicador que promedia todos los elementos primordiales de la gestión estatal.
Por su parte la consultora Mitofsky, en su ranking de gobernadores de agosto del 2025, posiciona a Salomón Jara con una aprobación del 50.4% en el lugar 15, bajando 3 lugares, ya que en julio se posicionaba en el lugar 12. Mientras que la consultora RUBRUM, expertos en materia política electoral, publicidad y comunicaciones, en su evaluación del 9 de octubre, coloca a Salomón Jara en el lugar 31 en cuanto a su desempeño como gobernador, en el lugar 29 en cuanto a la percepción de seguridad pública, y en la posición 30 en materia de cercanía con la población.
En este contexto, no de bots, sino de metodología científica se desarrolla el proceso de revocación de mandato en Oaxaca. Sobre esto, existen algunos factores a resaltar.
En primer lugar, en la conferencia de prensa del día 2 de septiembre del 2025, Geovany Vásquez, titular de la Consejería Jurídica del gobierno del estado, señaló un punto interesante. Que en diciembre de 2022, Salomón Jara dio la indicación para que la solicitud del proceso de revocación iniciara con el 3% de las firmas conforme al padrón, pero que, cuando la comisión dictaminadora de temas constitucionales, definieron que conforme al sexto transitorio de la reforma constitucional a nivel federal debería establecerse parámetros mínimos de las figuras de revocación de mandado en la entidades, se establecieron porcentajes obligatorios. Por lo que, si la Constitución Política establecía los porcentajes, los Congresos estatales no pueden contrariar el texto constitucional.
Bajo este argumento, ¿por qué la última reforma de la ley de revocación de mandato para el estado de Oaxaca cuenta con artículos fundamentales que si pueden contrariar al texto constitucional? Por ejemplo, el artículo 9 reformado señala que el proceso de revocación podrá solicitarse por una sola ocasión durante el mes posterior a la conclusión del tercer año del periodo constitucional de la gubernatura del estado, mientras que en la Constitución Política señala que son tres meses posteriores.
Por su parte, el artículo 22 reformado, señala que la Secretaría Ejecutiva y el INE tendrán de plazo 10 días naturales, contados a partir de que sea presentada la solicitud de revocación, para verificar que los nombres de quienes hayan suscrito la petición aparezcan en la lista nominal. Mientras que en texto constitucional se establece que se cuentan con 30 días naturales para dicha verificación.
El segundo factor relevante se encuentra en lo dicho por el propio gobernador Jara en su conferencia del día 29 de septiembre del año en curso, al traer al escenario político oaxaqueño al expresidente López Obrador. Ya que, según Salomón, tienen una buena amistad con él, y que incluso, rompiendo con el ostracismo y exilio voluntario, le regaló una llamada para saludarlo. De este suceso, en función de los datos generados por lo comentarios en las diversas redes sociales, se deduce que, señalar el nombre del expresidente en tiempos de revocación, es una estrategia de Jara Cruz quien aún piensa que el efecto Obradorista le alcanzaría para sus maniobras políticas. ¿Para López Obrador es más importante pensar en la estabilidad de Jara que en los efectos adversos generados por sus hijos, sus hermanos y sus principales aliados que actualmente están en el ojo del huracán?
El tercer factor es la “sorpresiva” designación de un familiar más en un puesto público, en este caso de Sara Mariana Jara Carrasco, sobrina de Salomón, y quien actualmente funge como Secretaria General del Tribunal Electoral del estado de Oaxaca. Puesto institucional que es el encargado de garantizar la imparcialidad de los procesos electorales.
Por último, el cuarto factor es el costo de la revocación. Durante una entrevista del 1 de agosto del 2025 la consejera presidenta del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, Elizabeth Sánchez González, explicó que, sin importar el porcentaje de participación ciudadana, se debe de garantizar el derecho al voto de los 3 millones 144 mil 582 electores registrados, por lo que se estima que este proceso de revocación necesitaría de al menos 180 millones de pesos. Sin embargo, en su conferencia del 30 de septiembre, Salomón Jara anunciaba que este proceso se hará respetando la participación ciudadana, pero evitando gastos excesivos, en línea, según él, con su promesa de eficiencia gubernamental.
De lo anterior surgen algunos cuestionamientos: ¿por qué quien será evaluado decide cuánto se debe de gastar en el proceso? Si Salomón Jara decide cuánto se debe de gastar, ¿también decidirá qué tipo de resultados se publicarán? De ser cierto que existe una eficiencia gubernamental, ¿por qué no se sigue malgastando el presupuesto público en adornos, papel picado y conciertos gratis, entre otras banalidades que son de dominio público, cuando existen problemáticas sociales que deberían de ser prioritarios de atender?
En términos generales, de lo anteriormente planteado, se infiere que es cierto, los bots no votan, pero las redes sociales y la opinión pública tienen un claro peso político y social. Así como también se desprende la interpretación de que las maniobras político-electorales de Salomón son síntoma de un temor, pero al mismo tiempo, de su intento de convertir a Oaxaca en otro Zacatecas, donde se van pasando el mandato del gobierno estatal entre familia.
En este gobierno morenista, caracterizado por el nepotismo y las mentiras, los únicos perdedores serán los ciudadanos. Pierden porque al final de todo, de los impuestos se pagará el proceso de revocación. Pierden porque, aunque se logre revocar a Salomón, el gobierno quedará en familia. Pierden porque a pesar del resultado, el pueblo oaxaqueño tendrá que seguir saliendo día a día a ganarse el pan, pero también seguir combatiendo los agravios que reciben del actual modelo de gobierno, en el cual no existe una gobernanza con razonamiento, sino con signo de pesos.
Para muestra el sistema de transporte público “Binnibus”, con tecnología, según el propio gobernador, de última generación. Cuando en realidad son aditamentos que de última generación no tienen nada, pero si mucho humo que seguramente toda “nueva unidad” trae acumulado de fábrica. Otro ejemplo es la retención irregular del ISR, que afecta la economía y derechos laborales de los trabajadores del estado. Lo más incongruente por parte de Salomón Jara es que el 26 de mayo del 2025 hizo un llamado a los oaxaqueños que radican y trabajan en Estados Unidos para no pagar el impuesto del 3.5% a las remesas, incluso, haciendo un llamado a la organización para presionar el Congreso de Estados Unidos por el impacto negativo que tendría. Metiéndose en decisiones en las cuales un simple gobernador no tiene voz ni voto, pero entonces, ¿por qué en su gobierno hace lo que según él está mal en otros lados?
Finalmente, y en el caso del gobierno de la “primavera oaxaqueña”, pierden ganando, pero también, pierden perdiendo.