En Sharm el-Sheij, Egipto, representantes de Israel y Hamás estrecharon manos tras tres días de negociaciones indirectas sobre un acuerdo de paz en Gaza, basado en el plan de 20 puntos presentado por el presidente Donald Trump el 29 de septiembre. El enviado especial de EE.UU., Steve Witkoff, y su yerno Jared Kushner se incorporaron al diálogo, junto al primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, el jefe de inteligencia turco Ibrahim Kalin y servicios egipcios, mediando la liberación de 48 rehenes israelíes y 250 prisioneros palestinos.
El acuerdo preliminar incluye un alto el fuego permanente, retirada gradual de tropas israelíes, desarme de Hamás y un mecanismo de gobierno temporal sin el grupo islamista. Hamás, a través de Jalil al-Hayya, confirmó disposición para ‘revisar de buena fe’ el plan, solicitando garantías de cumplimiento israelí y claridad en mapas de retirada. Fuentes palestinas indicaron discusiones sobre calendarios para el intercambio y reconstrucción, con optimismo para finalizar detalles en días.
Trump celebró el progreso: ‘Estamos muy cerca de un acuerdo; Hamás enfrenta aniquilación si no cede’. Netanyahu ordenó a Ron Dermer dirigir remotamente la delegación israelí, mientras Egipto hospeda un diálogo intrapalestino para el futuro de Gaza. La ONU, vía António Guterres, dio la bienvenida al plan como ‘primer paso decisivo’, urgiendo acceso humanitario irrestricto.
El acuerdo coincide con el segundo aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejó 1,200 israelíes muertos y 250 rehenes. La guerra ha causado 41,000 muertes palestinas, según la ONU. Mediadores como Qatar y Egipto, clave en treguas previas (noviembre 2023 y enero 2025), esperan implementación en 72 horas.
Críticos israelíes acusan a Netanyahu de sabotear negociaciones por motivos políticos, mientras Hamás pide retirada total. La comunidad internacional, incluyendo la UE y Rusia, insta a compromisos para una solución de dos Estados.