La mañana de este martes 23 de septiembre de 2025, nueve activistas de Greenpeace México escalaron la Estela de Luz, un monumento de 104 metros ubicado en Paseo de la Reforma, alcaldía Miguel Hidalgo, para desplegar una manta de 27 metros con el mensaje: “La Selva Maya grita, SEMARNAT sálvala”. La acción no violenta formó parte de la campaña México al grito de Selva, cuyo objetivo es visibilizar la devastación del segundo pulmón de América y exigir a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) un plan integral de conservación.
Carlos Samayoa, coordinador de la organización, denunció que en los últimos cinco años se han deforestado casi 300 mil hectáreas —equivalente a 16 veces el tamaño de la Ciudad de México— por efecto de la agroindustria, mega‑granjas porcícolas, proyectos inmobiliarios, turísticos y de infraestructura como el Tren Maya. “La Selva arde bajo el fuego cruzado de industrias que la contaminan y devastan ante los ojos de SEMARNAT”, señaló, mientras exigía detener permisos como el de CEMEX para extracción en Tulum, que amenaza con destruir 650 hectáreas de selva virgen.
Mientras los escaladores instalaban la manta a 70 metros de altura, otros 30 activistas formaron una barrera de apoyo en la base del monumento, vestidos de rojo y portando pancartas. La protesta se desarrolló bajo la supervisión de cuerpos de seguridad capitalinos, bomberos y Protección Civil, y concluyó alrededor de las 8:30 horas, cuando los manifestantes descendieron voluntariamente y fueron detenidos de forma temporal, siendo sancionados con multas por la escalada.
Greenpeace alertó que la pérdida de la Selva Maya ya genera impactos irreversibles sobre acuíferos, biodiversidad y comunidades indígenas. Recordaron que tan solo el Tramo 5 del Tren Maya ha implicado la tala de unos 10 millones de árboles y pone en riesgo especies en peligro de extinción. La organización insistió en que “lo que sucede en la Selva no se queda en la Selva”, y demandó que SEMARNAT trabaje con expertos y comunidades locales en un plan urgente de protección.
La acción pacífica se viralizó en redes sociales, donde decenas de usuarios respaldaron el llamado. Según Greenpeace, en los últimos 20 años la Selva Maya ha perdido más superficie que en las dos décadas previas, un ritmo que califican de alarmante. Hasta el momento, SEMARNAT no ha respondido al reclamo, mientras la exigencia por frenar la deforestación gana fuerza en el debate público.