• La última sesión de la antigua Corte es el epílogo de un modelo judicial elitista y distante
• El 1 de septiembre inicia la legítima impartición de justicia para el pueblo, afirma el legislador oaxaqueño.
La última sesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación representa la clausura de un poder que perdió su rumbo y se alejó de la gente. Así lo declaró el senador por Oaxaca, Antonino Morales Toledo, quien enfatizó que este cierre representa el fin de un lamentable ciclo de opacidad y el preludio de la verdadera transformación judicial.
“Hoy se baja el telón de un poder que durante décadas fue baluarte del neoliberalismo, que amparó privilegios y fue sordo al clamor de justicia de las mayorías. Un modelo agotado, donde la justicia era una mercancía para quien pudiera pagarla. La despedida no es de personas, es de un abuso del poder que el pueblo soberanamente ha revocado”, afirmó el legislador oaxaqueño.
Morales Toledo contrastó este episodio final con el nuevo capítulo que está próximo. “El 1 de septiembre no es solo un cambio de integrantes; es el amanecer de un nuevo poder judicial. Por primera vez, las y los juzgadores llegan con la legitimidad inquebrantable que otorga el voto popular. Llegan para servir, no para ser servidos; para impartir justicia con equidad, sin distinción entre poderosos y humildes”.
El legislador zapoteco expresó un orgullo especial por la próxima toma de protesta de Hugo Aguilar Ortiz, primer presidente de la renovada SCJN y orgullo oaxaqueño.
“En él recae la enorme responsabilidad de liderar esta transición histórica. Tengo la plena certeza de que encarnará los principios de austeridad, honradez y cercanía con la gente. Barrerá con las prácticas de corrupción y nepotismo desde la cima, restableciendo la credibilidad de la institución”.
Finalmente, el senador Morales Toledo recalcó que este cambio es un escalón más en el proceso de transformación nacional que inició en 2018 con el presidente Andrés Manuel López Obrador y que hoy consolida la presidenta Claudia Sheinbaum.
“La ministra presidenta saliente se equivoca al pensar que este es el fin de un ciclo en la vida pública. El ciclo que terminó es el suyo, el de la vieja guardia. El nuestro, el de la Cuarta Transformación, continúa su marcha imparable. Este es el cumplimiento de una promesa hecha al pueblo de México: devolverle el control de sus instituciones para que, por fin, la justicia no sea un privilegio, sino un derecho garantizado para todos”, concluyó.