Entre marmotas, música tradicional, algarabía y bebidas, cientos de taxistas de más de una decena de sitios de la capital de Oaxaca celebraron este 12 de agosto su día.
Con un recorrido desde la calzada Madero que terminó en el Templo de Guadalupe, en el Paseo Juárez El Llano, así se realizó el festejo de las y los ruleteros de la zona metropolitana.
Vehículos adornados, madrinas y cientos de familias realizaron el recorrido desde el poniente de la capital hasta aquel centro religioso, donde conductoras y conductores dieron gracias por un año más de servicio y de vida.
A su paso por las principales vialidades de la capital, turistas y locales se unieron a la fiesta bailando los sones y jarabes que han dejado de ser exclusivos de la Guelaguetza y que ahora son interpretados en casi todas las fiestas y calendas que se efectúan en el corazón de la ciudad.
Varias de las mujeres que participaron en el recorrido lo hicieron ataviadas en trajes típicos de Oaxaca. Las y los choferes, por su parte, lo hicieron uniformados con la indumentaria de sus respectivos sitios.
Para cada uno de los ruleteros, el taxismo es su vida y les ha permitido a muchos sacar a flote a su familia. Permitirles una mejor calidad de vida a cambio de pasar hasta 12 horas sentados detrás de un volante.
A pesar de lo extenuante de su trabajo y de que cada día hay más competencia, todas las personas consultadas por este medio se dijeron bendecidas por ser parte de uno de los gremios de trabajadores más numerosos de la entidad.
Y aunque la inseguridad predomina en diversos puntos de la zona metropolitana, ellos prefieren no quejarse y lo toman como un desafío y como una posibilidad de tejer mayores redes entre ellos.
Aunque solicitan mayor vigilancia de parte de los cuerpos policiacos, también aceptan que dentro del gremio se protegen, olvidándose, muchas veces, de las empresas que representan, con el objetivo de permitirse regresar a casa sanos y salvos.
Entre brindis, sones y jarabes así transcurrió este 12 de agosto en la capital de Oaxaca.
El contingente partió desde las 10 de la mañana y a las 12 del día todavía seguían llegando en comitiva varios vehículos al templo de Guadalupe, para darle gracias a la virgen.