Una jornada de terror se desató en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Tuxpan, Veracruz, tras un motín violento que dejó lesionados y quemados, según confirmaciones preliminares de fuentes extraoficiales. El levantamiento, iniciado por internos hartos de abusos, extorsiones y cobros de piso ejercidos presuntamente por integrantes del grupo criminal ‘Sombra’, escaló rápidamente a enfrentamientos entre reclusos, con reportes de fuego, destrucción y caos dentro del penal. Los disturbios comenzaron desde temprana hora, y columnas de humo visibles desde varios puntos de la ciudad alertaron a la población sobre la gravedad del incidente, que expone la crisis de control en los penales veracruzanos.
Frente a la magnitud del conflicto, se desplegó un operativo de alto impacto con alrededor de 30 patrullas, elementos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Policía Estatal y autoridades penitenciarias, rodeando completamente el penal. Helicópteros y ambulancias se movilizaron en los alrededores para asistir en el control y posibles evacuaciones, aunque el acceso sigue restringido y la carretera Tuxpan-Tamiahua permanece cerrada.
Testigos describen un ambiente tenso además la falta de un comunicado oficial del gobierno estatal alimenta especulaciones sobre la extensión del daño y el número real de víctimas.
A la crisis se suma la angustia de decenas de familiares que permanecen a las afueras del Cereso, denunciando que no han recibido información oficial sobre la situación de sus seres queridos. Testigos aseguran que al menos seis ambulancias han salido del penal y que incluso ya observaron el paso de una carroza funeraria, lo que incrementa la preocupación y el temor entre quienes esperan noticias. Los familiares exigen a las autoridades transparencia y atención, mientras la incertidumbre y el hermetismo oficial alimentan el clima de tensión en la zona.