Este jueves 5 de junio, los museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reabrieron sus puertas tras dos días de cierre por falta de personal de seguridad, según anunció la presidenta Claudia Sheinbaum.
La crisis comenzó el martes 3 de junio, cuando recintos emblemáticos como el Museo Nacional de Antropología (MNA), el Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, el Templo Mayor, el Museo de El Carmen y el Nacional de las Intervenciones cerraron por la ausencia de vigilantes, dejando a turistas nacionales e internacionales frustrados.
Sheinbaum, quien había señalado el 4 de junio que el INAH debía contratar al Servicio de Protección Federal (SPF) o a la Policía Auxiliar, confirmó que las gestiones necesarias se realizaron para garantizar la seguridad y reabrir los espacios.
El cierre se originó tras un cambio en el servicio de vigilancia, anunciado por el INAH el 30 de mayo, que sustituyó a la Policía Auxiliar de la CDMX por empresas privadas como SSS Asistencia y Supervisión S.A. de C.V. y Sistemas Prácticos en Seguridad Privada S.A. de C.V. Sin embargo, el personal de estas empresas no acudió a sus puestos el 1 de junio, incumpliendo el contrato, lo que obligó al INAH a cerrar los museos para proteger el patrimonio y a los visitantes.
La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, instruyó al director del INAH, Diego Prieto, a resolver la situación, y aunque afirmó el 4 de junio que los recintos ya estaban abiertos, un recorrido constató que seguían cerrados hasta esa tarde. El MNA, que coincidentemente recibió el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 el 4 de junio, reanudó actividades este jueves en su horario habitual de 9:00 a 18:00 horas.
La reapertura no disipa las críticas hacia la gestión del INAH. Trabajadores y sindicatos, como el SNTAMTPINAH, denunciaron que la licitación no cubrió las necesidades de vigilancia, dejando vulnerables a recintos como el MNA, que alberga 250,000 piezas, incluyendo la Piedra del Sol. Además, guías y empleados han señalado problemas estructurales: falta de agua, baños sin mantenimiento y recortes presupuestales que han afectado al INAH, como los 1,500 millones de pesos menos en 2024.