No se sabe si alguna vez el gobierno de Oaxaca se atreverá y podrá detener el horror y la muerte, consecuencias de la inseguridad, o si de plano ya abrió las puertas a la delincuencia organizada que crece y se extiende por todo el Estado, que ha convertido al Istmo de Tehuantepec en zona de guerra y en donde día a día se multiplican las ejecuciones. Es sin duda, la de Tehuantepec, la región que registra el índice mas alto de criminalidad, pero también donde se observa la incompetencia de los tres ordenes de gobierno, y militar para detener y restaurar la paz y la tranquilidad en muchos pueblos istmeños, a tal grado que resulta irrisoria la presencia cada vez más numerosa de soldados, marinos y guardia nacional, que irónicamente coincide también con la migración de la delincuencia. Ya en anteriores descuartizamientos sintácticos se había dicho que los proyectos del neoliberalismo en esta zona atraerían la delincuencia organizada, ya no se diga de la devastación de la riqueza de los recursos naturales en la zona que Alejandro de Humboldt describía como la tierra edénica del continente americano. La gente de las poblaciones istmeñas vive constantemente bajo la Espada de Damocles, cuando observa y experimenta en carne propia como las bandas criminales actúan con toda impunidad y ven también la incapacidad gubernamental para detener esa oleada de horror y muerte y lo inútil que vienen resultando las actuaciones policiales, como es el llamado Operativo Sable que está resultando como la Carabina de Ambrosio, de tal modo que se piensa que son cómplices, o son lo mismo. En Juchitán acaba de ocurrir algo “¡terrible… terrible!” cuando dos mujeres y un muchacho, así como Noelia Daylen de 4 años, hijita de una de las victimas fueron ultimadas; los tres mayores murieron en el lugar y la pequeña fue hallada muerta un día después. Los hechos trascendieron y conmocionaron a la sociedad civil, sobre todo por el sacrificio de la inocente Noelia, porque la criminalidad se ha convertido en un monstruo insensible al dolor humano y al sufrimiento ¿a cambio de qué?, precisamente por el dolor y el sufrimiento que dejan por sus victimas. Los deudos se tendrán que conformar con un pésame de un gobernador también insensible y nunca con un acto de justicia.
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Noelia Daylen de 4 años, un angelito sin alas en la tierra ya está con su Creador junto con su madre, que también ha sido llamada a lo arcano, sacrificadas las dos, por un poder simbiótico entre el gobierno y la delincuencia organizada. Para el régimen estatal, la pequeña inocente y su madre, solo pasarán a formar parte de las estadísticas, que más exactas, llevan órganos de la sociedad civil, que el gobierno siempre ha negado y ya no sabe donde ocultar la numeralia de tantos muertos y desaparecidos, que nunca aclaran ni llegan a localizar, principalmente cuando se trata de crímenes de Estado “¡es terrible… es terrible!”. Al paso que va, este régimen de izquierdistas adoctrinados y que dicen que vienen de la lucha… para lograr el poder, va a superar por mucho los feminicidios, desapariciones y asesinatos que hubo en los regímenes hematófagos de los Murat y Ulises Ruiz. Y parece que este gobierno morenista romperá récord porque nada hace para impedir el arribo y la permanencia por todo el Estado de carteles de la delincuencia organizada que ya están aquí en la propia capital de Oaxaca. Los mismos gobiernos municipal y estatal, ya no pueden ocultar su cercanía con organizaciones delincuenciales, como ocurre con la CATEM que ha sido el brazo ejecutor para reprimir la disidencia y la manifestación popular. Y si el propio gobierno se rehúsa a reconocer esta realidad, el pueblo de Oaxaca está siendo expuesto a sufrir las peores situaciones al encontrarse indefenso ante una criminalidad cada vez mas en aumento y cobrarían la vida de inocentes como es el caso de Noelia, cuya familia solo recibió el pésame y la promesa del gobernador tartufo de que su sacrificio no quedará impune. La muerte de Noelia Daylen se suma a nueve niños mas que han sido asesinados hasta ahora, en este 2025, y de los que ni siquiera el gobernador, su secretario de gobierno y el de Seguridad Pública, aunque sea por equivocación mencionan en sus conferencias semanales. Sienten horror por la muerte de inocentes? o quieren aparecer, como siempre presumen, como el Estado mas seguro del país y donde la comisión de delitos va a la baja, es decir que por cada muerto, la numeralia se reduce. ¡Pasumá!, ni a Pitágoras le saldrían esas cuentas,
So long raza










