Un conflicto legal en la costa oaxaqueña ha puesto en evidencia la preocupación creciente por el fenómeno de la gentrificación y el desplazamiento territorial.
Una familia mexicana con 18 años de residencia en Zipolite fue demandada por una vecina de nacionalidad italiana, quien exige una millonaria compensación o la cesión de una parte de su propiedad.
La familia del señor Otilio Alberto Martínez hizo pública su situación a través de un comunicado dirigido a la comunidad, en el que narran cómo han sido involucrados en un litigio a pesar de haber adquirido su terreno legalmente hace casi dos décadas del extinto señor Antonio García Burón.
Según el testimonio de Doris Pacheco, el conflicto surgió hace poco más de dos años, cuando la vecina italiana adquirió un terreno adyacente a la propiedad de los Martínez, ubicado en una zona que describen como de “derrumbes”.
La mujer extranjera interpuso una demanda contra la familia mexicana, alegando supuestos “daños a su propiedad”, acusaciones que la familia Martínez asegura poder desmentir con evidencia.
Aseguran que nunca antes habían tenido problemas con otros vecinos ni estado involucrados en situaciones que los perjudicaran.
El meollo del conflicto se encuentra en las peticiones de la parte demandante. La familia Martínez denunció que, en las audiencias, la señora italiana ha exigido dos opciones inaceptables: el pago de $2,012,000 pesos (dos millones doce mil pesos) por los supuestos daños, o la cesión de siete metros de ancho por 35 metros de largo del terreno familiar.
La familia cuestionó esta exigencia, preguntando: “¿por qué nosotros siendo mexicanos accederíamos a estas peticiones de la señora italiana?”.
El caso ha sido tomado por la familia como un ejemplo palpable de la gentrificación que afecta las costas de Oaxaca, donde inversionistas extranjeros presuntamente utilizan su poder económico para desplazar a los locales.
La familia Martínez expresó su indignación ante lo que consideran un abuso: “Es realmente triste ver a tus padres trabajar por años para comprar un terreno (…) y [que] tengan que ver solamente cómo nos desplazan de nuestras tierras”, afirman, al señalar que “todavía hay gente extranjera que se cree con poder y derechos solo por tener dinero, se les olvida que estamos en México”.
La familia finalizó su comunicado haciendo un llamado a la unidad: “Es ahora cuando más debemos estar unidos, no es tiempo de callar es tiempo de hablar y decir, tenemos voz y estas son nuestras tierras. Somos un pueblo que se rige por usos y costumbres”.










