Desde su inauguración el 26 de octubre por la jefa de Gobierno Clara Brugada, la Ofrenda Monumental en el Zócalo ha recibido a cientos de miles de personas que recorren sus caminos adornados con más de 100,000 flores de cempasúchil provenientes de las chinampas de Xochimilco y Tláhuac. Este año, el diseño del Colectivo Zion Art Studio rinde homenaje a los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, con la diosa Tonantzin como figura central, simbolizando el rol maternal y protector en la mitología mexica.
La atmósfera es una verdadera verbena popular: vendedores ambulantes ofrecen calaveritas de azúcar, papel picado y artesanías a precios accesibles, mientras luces multicolores iluminan la plaza hasta altas horas de la noche. Familias enteras se congregan para tomarse fotos con las imponentes esculturas de guerreros, alebrijes y personajes míticos que alcanzan hasta 10 metros de altura, creando un escenario perfecto para capturar recuerdos llenos de tradición y alegría.
Elementos como las flores, veladoras y luces guían simbólicamente a las almas de los fieles difuntos, tanto humanos como animales, invitando a los visitantes a reflexionar sobre la vida y la memoria. La ofrenda, de entrada gratuita, estará abierta hasta el 2 de noviembre, y se complementa con el Festival de Ofrendas y Catrinas, que en 2025 adopta un formato de exposición para celebrar la creatividad de comunidades, escuelas y comercios sin competencias.
Autoridades estiman que más de un millón de personas pasarán por el Zócalo durante estas fechas, consolidando el Día de Muertos como una de las tradiciones más emblemáticas y turísticas de la capital mexicana.










