El 21 de octubre, Mario Delgado Carrillo, titular de la Secretaría de Educación Pública debió “comparecer” en el Senado de la República para exponer acerca de la situación educativa durante el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo; sin embargo, la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, informó que se posponía debido a que el funcionario “fue comisionado” para atender la emergencia por las recientes inundaciones en el país; más allá de esto no hay ninguna duda que la enseñanza mexicana está en crisis y va en picada. Según los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) en 2022, cuando México se posicionó como el tercer país peor evaluado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en Matemáticas y Comprensión lectora, y con el peor puntaje en Ciencia.
México resultó muy bajo en el promedio internacional de todas las asignaturas evaluadas, pues retrocedió 24 puntos respecto a 2003 y 14 respecto a 2018. Asimismo, la evaluación diagnóstica aplicada a alumnos de Educación Básica durante 2022 y 2023 realizada por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, estimó que los resultados obtenidos en Matemáticas, Lectura, Formación Cívica y Ética fueron reprobatorios en primaria y secundaria.
Datos del Observatorio de la Educación evidencian que nuestro sistema de enseñanza está abandonado y no satisface la cobertura educativa, ya que la deserción escolar es alarmante, pues durante el ciclo escolar 2024-2025, 994 mil estudiantes abandonaron la escuela. Subraya que existe “un panorama crítico en abandono escolar, estancamiento en cobertura y rezago estructural en regiones indígenas y rurales”; el dato revela la falta de planes para la permanencia escolar, “cifra que por sí sola desmonta cualquier discurso oficial que pretenda ocultar la dimensión de la crisis educativa en México”.
Otro importante aspecto radica en la cobertura educativa, porque destacan las diferencias entre las ciudades y las provincias; por ejemplo, mientras que en la CDMX existe cobertura de 102.62 por ciento, resulta menor en Veracruz, con 66.5; Colima, 68.5; o Campeche, con 70 por ciento; es constante el abandono de las regiones y estados más rezagados como Oaxaca, Guerrero o Chiapas.
En educación primaria comunitaria, las condiciones materiales son precarias, por ejemplo, apenas 0.3 por ciento de los planteles cuenta con electricidad; en nivel secundaria, sólo el 0.9 por ciento de planteles tiene instalación eléctrica y ninguno dispone de Internet. La precariedad de la infraestructura de las escuelas de modalidad indígena resulta más que crítica: en primaria indígena, solamente el 8.8 por ciento tiene acceso a Internet con fines pedagógicos y apenas el 2.1 por ciento dispone de materiales adaptados para estudiantes con discapacidad. La falta de condiciones mínimas para el aprendizaje se traduce en una tasa de analfabetismo de 21 por ciento entre hablantes de lenguas indígenas, con alarmantes picos de 32.9 por ciento en Chihuahua, de 30.9 en Guerrero y 25.2 por ciento en Chiapas.
En la CDMX, sólo 46 de cada 100 estudiantes de primaria logran concluir la educación superior; en Chiapas, la cifra se reduce a 10 de cada 100. En escuelas pertenecientes a la modalidad indígena, menos del 65 por ciento de los estudiantes finaliza la primaria y los niveles de abandono aumentan exponencialmente en secundaria. México exige un cambio profundo en la política educativa nacional.
En este sentido, el Informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) 2024 aseguró que “México necesita un sistema educativo que genere en sus estudiantes las habilidades necesarias para el futuro, pero también uno que garantice la igualdad educativa en términos de acceso, permanencia y calidad en el país”, algo que ni Mario Delgado ni Morena o la 4T niegan; pero no invierten más recursos económicos ni corrigen el sistema educativo. El IMCO denunció también que 6.4 millones de niños, niñas y jóvenes, de tres a 18 años, no asisten a la escuela; y que el 50 por ciento de la población estudiantil se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Hoy, en pleno 2025, se exige haber terminado la preparatoria para cualquier empleo y contar con habilidades digitales, pensamiento crítico, trabajo en equipo y capacidad para resolver problemas; y si hoy los jóvenes no reciben una educación adecuada, son condenados a empleos informales.
Así, mientras países como Japón, Corea del Sur o Noruega son ejemplo de inversión educativa al reformar sus modelos de enseñanza basados en proyectos, habilidades digitales, colaboración y emprendimiento para formar ciudadanos creativos, competitivos y con visión global, en México seguimos atrapados entre la burocracia, los sindicatos, la improvisación y políticos incompetentes, como Mario Delgado. Por el momento, querido lector, es todo










