El gobierno del estado, encabezado por Salomón Jara Cruz, enfrenta una ola de críticas y descontento social por haber adornado el Zócalo de Oaxaca con artesanías presuntamente chinas o “piratería” para las celebraciones de Día de Muertos 2024.
Turistas y ciudadanos evidenciaron en redes sociales que las calaveras y otros elementos decorativos alusivos a la festividad son productos fabricados en masa, lo que representa una contradicción flagrante con el discurso oficial del gobierno que históricamente defiende y promueve la labor artesanal y los pueblos originarios de Oaxaca.
Esta situación no es nueva para la actual administración: la misma polémica se vivió durante las festividades de la Guelaguetza de este año, cuando las decoraciones de la Plaza de la Danza fueron cuestionadas. En ese caso, se señaló que se pintó cerámica de negro para hacerla pasar como barro negro auténtico de San Bartolo Coyotepec, afectando la imagen y economía de los verdaderos artesanos.
La controversia se intensifica por la falta de transparencia en la contratación. Hasta el momento no se ha hecho pública la licitación ni se ha identificado a la empresa encargada de proveer los adornos, presuntamente seleccionada por la Secretaría de Turismo, que dirige Saymi Pineda Velasco.
Críticos señalan que, en un estado reconocido mundialmente por su riqueza artesanal, optar por productos de origen extranjero o falsificaciones socava la economía local y desvirtúa las tradiciones culturales en beneficio de negocios opacos.










