La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) actualizó este 24 de octubre de 2025 el saldo fatal por las lluvias torrenciales que azotaron el centro y este del país desde el 6 de octubre, elevando a 80 el número de decesos y a 18 los desaparecidos en Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí. La presidenta Claudia Sheinbaum enfatizó que ‘no están solos’, prometiendo apoyo continuo en reconstrucción y destacando la solidaridad nacional en un micrositio dedicado a monitorear afectaciones.
Veracruz registra el mayor impacto con 35 fallecidos y 11 desaparecidos en 40 municipios, donde ríos como el Cazones y Pantepec se desbordaron, dejando 73 refugios temporales para 3 mil 155 personas y daños en 31 mil viviendas. Hidalgo reporta 22 muertos y ocho no localizados en 28 municipios, con 74 caminos cerrados y comunidades aisladas atendidas por puentes aéreos de Sedena y Semar, mientras Puebla suma 20 decesos y cuatro desaparecidos en 23 municipios, afectando 16 mil hogares.
Querétaro lamenta un fallecimiento y San Luis Potosí no registra muertes, pero sí daños en 12 municipios con 83 albergues habilitados. En total, 112 localidades permanecen incomunicadas, principalmente en Hidalgo (74) y Veracruz (31), donde se entregaron 4 mil 499 chips para telefonía y 13 mil para internet, junto con víveres, atención médica y psicológica a través de 73 refugios activos para 6 mil 886 damnificados.
La Semar desplegó 3 mil 300 elementos, 18 embarcaciones, seis helicópteros y tres aviones para rescates y limpieza, coordinando con Conagua para asegurar agua potable y CFE para restablecer energía en 982 kilómetros de carreteras afectadas. Sheinbaum visitó Puebla y Veracruz el fin de semana pasado, anunciando un censo para distribución de apoyos, mientras lluvias aisladas persisten en la región según pronósticos de Conagua.
Estos eventos climáticos extremos, con acumulados de hasta 280 mm en Veracruz y 260 mm en Puebla, rebasaron previsiones y causaron deslaves en Huauchinango (Puebla) y Temapache (Veracruz), dejando 39 mil hogares dañados y miles de hectáreas agrícolas perdidas. Autoridades federales y estatales priorizan la normalización de servicios y reconstrucción, con llamados a la población para evitar zonas de riesgo.










