Cientos de burócratas de Oaxaca realizaron una movilización desde el Parque Juárez El Llano hasta el Zócalo capitalino, en protesta contra la inminente aplicación de un Impuesto Sobre la Renta (ISR) retroactivo que, acusan, intenta cobrarles adeudos que el gobierno estatal omitió retener en el pasado.
La manifestación estuvo marcada por fuertes consignas políticas dirigidas al gobernador Salomón Jara, al grito de “¡Fuera!” y “¡Que muera la primavera!”, en referencia al proyecto político de la actual administración.
La controversia central radica en la actualización de la recaudación pública federal que obliga a gravar los ingresos de los trabajadores. Los burócratas reinstalados y la base laboral denuncian que se les aplicará el ISR no solo sobre sus ingresos actuales, sino también para saldar adeudos que el gobierno no retuvo previamente.
El problema, según los empleados, es que durante administraciones pasadas existió una “tolerancia” para no retener este impuesto, y ahora la administración estatal busca cobrarlo de manera retroactiva. La retención planteada es del 10% del total de las percepciones de los trabajadores. Los empleados acusan directamente a la administración estatal y al comité sindical de ser “cómplices” en lo que califican como un “robo”.
Durante la marcha, la base trabajadora no solo lanzó críticas al gobierno, sino también a su propia dirigencia. Los burócratas acusaron a Carmen Zárate, líder sindical, de “vender el movimiento al patrón” y de no defenderlos ante los cobros de impuestos retenidos que buscan imponerles.
Aunque la Secretaría de Finanzas ha propuesto una “salida gradual” para el cobro y la creación de una “calculadora digital” para que cada empleado conozca su adeudo, la desconfianza de los burócratas persiste. La base trabajadora manifestó su sospecha por la falta de información detallada sobre cómo se calcula el impuesto y las bases de los supuestos adeudos.
Los trabajadores cuestionan que, de 30 conceptos de pago que reciben, las autoridades solo mencionan cinco que serán gravados, preguntándose qué pasará con los 25 restantes. Cuestionan la veracidad de la propuesta de un aumento gradual del ISR, que pasaría de un 2% a un 10%. Denuncian que las capacitaciones ofrecidas por las autoridades no son informativas, sino una “labor de convencimiento”, ya que la aplicación del impuesto “no es para saber si queremos, es porque aplicará”.
La manifestación concluyó en el Zócalo de Oaxaca, donde los burócratas exigieron el cese inmediato de los descuentos retroactivos y la destitución de su dirigencia sindical por presunta colusión con el gobierno.










