A pesar de que el gobierno de Salomón Jara Cruz ha pretendido ocultar la verdadera situación sobre la propagación del gusano barrenador en prácticamente todas las regiones del estado de Oaxaca, los hechos lo rebasan y ponen al descubierto las graves omisiones del titular de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader), Víctor López Leyva, quien está más preocupado en hacer “negocios” que en atender la contingencia sanitaria.
De acuerdo con testimonios gráficos que nos enviaron productores de algunas regiones de la entidad como el Istmo y la Costa, que aquí les compartimos, señalan que ellos están enfrentando la grave contingencia sanitaria solos, puesto que ante la llamada “austeridad” de los gobiernos estatal y federal, no hay estrategias efectivas para el combate y ellos tienen que pagar los medicamentos para poder atender a los animales.

Con el serio temor fundado de entrar en una cuarentena y de que el precio de su ganado disminuya considerablemente, han lanzado la alerta sanitaria y un grito de auxilio para que la Sefader y el gobierno de Claudia Sheinbaum tomen en serio el problema y atiendan con prontitud el declive sanitario que podría salirse de control puesto que cada semana aparecen de cinco a 10 brotes nuevos.
La estrategia implementada por Víctor López Leyva para combatir el problema sanitario no es la correcta, ni la idónea, porque aún cuando están realizando un barrido en las zonas afectadas, ejemplo, hoy pueden estar en Loma Bonita los técnicos por cuatro o cinco días y atienden todos los casos; para la otra semana se van a Tuxtepec, pero para dentro de 15 días los casos pueden surgir nuevamente en Loma Bonita porque esa no es la forma de atender la contingencia sanitaria.
En todo caso si la Sefader iba a contratar a 100 personas, lo correcto es que designara de uno a dos técnicos profesionales por municipio y que atiendan de forma permanente esas poblaciones, no como barrido, sino que se queden de planta, permanente para vigilar estrechamente que no haya más proliferación.

Aquí, por supuesto, falta unificar criterios, escuchar voces expertas de epidemiólogos y ojalá el gobierno de Jara Cruz ponga al mando algún experto que sepa del tema y cómo abordarlo, al frente de la Dirección de Ganadería, donde por compromisos políticos del secretario López Leyva colocó a un Licenciado en Informática de nombre Roberto Hernández Santiago, quien no tiene ni la más remota idea de cómo atender esta grave contingencia.

Esto es uno de los factores que ha llevado a Oaxaca a un declive sanitario con la atención del problema del gusano barrenador, donde los afectados siempre serán los productores, les restringen la movilización, no les dan estrategias para adquirir productos un poco más cómodos y Salomón Jara junto con Víctor López, solo son buenos para tomarse las fotos.

Para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ( Sader) la contingencia ya está controlada y eso es falso, se está propagando y no hay personal suficiente, de acuerdo con información proporcionada por algunos empleados de la Sefader, quienes también cuestionan porqué en el estado no han liberado moscas cuando en Nuevo León apareció un caso y de inmediato liberaron 25 millones de moscas, Chiapas ya liberó, Veracruz también en algunas zonas ganaderas bastantes fuertes, igual que Tabasco y en Oaxaca no han adquirido ni una sola mosca. Esta medida permitiría frenar los brotes.
¡Grave omisión de la Sefader!
Solo por citar un municipio, en Tuxtepec el encargado de la contingencia sanitaria solo atiende las notificaciones por llamada telefónica, pero ni siquiera asiste a los lugares a tomar las muestras, incluso cuando un productor le llama le pide, con el mayor descaro, que tome las muestras y luego pasa por ellas, o si puede tomar una georreferencia y que se la mande, ya no hay una atención directa hacia los productores.
Por tanto, la estrategia epidemiológica no ha sido real, hacen falta más reuniones informativas, falta mucha coordinación entre los productores y personal capacitado en la materia para hacer frente al problema sanitario.
Miren ustedes, son los médicos veterinarios los que deberían estar en la primera línea de defensa, pero no, colocan a directivos que no tienen el perfil y estas son las consecuencias, no saben cómo hacerle frente a la contingencia por el gusano barrenador, incluso, han repartido kits a algunos productores con medicamentos bajos y baratos, consumir menos y a bajo precio, por eso se está propagando la infección en el ganado.

Por ejemplo, y es aquí donde viene el “negocio”, en Tamaulipas el gobierno de Oaxaca está comprando paquetes de medicamentos bajos en eficiencia porque ahí consiguen que se los den con un 50% de descuento, 20 % facturado y el 30% libre.
¡Una sinvergüenzada!
Se fueron hasta Tamaulipas, porque ahí sí les aceptaron sus condiciones, aquí en Oaxaca las empresas distribuidoras de medicamentos veterinarios no aceptaron, porque no se quieren meter en problemas, saben muy bien el riesgo que eso representa.
Ante esta emergencia sanitaria, muchos productores han tenido que solicitar los medicamentos con mayor eficacia como el Larvafin o el Garraban, hasta el matagusano, a distribuidores en la entidad, incluso hay veterinarios que han ofrecido prestar sus servicios de forma gratuita para apoyar a los ganaderos y asistir a las zonas afectadas ante la ausencia de la Sefader y la Seder.
Es importante que la opinión pública sepa que desde hace como dos meses se tuvieron las primeras evidencias en la zona del Istmo de Tehuantepec, Tapanatepec, Zanatepec, que las moscas estaban, incluso, en el forraje que comen los animales, según reportes de veterinarios era una cantidad de moscas bastante considerable y solo estaban esperando que el animal estuviera descuidado para empezar a atacar.
Y de ahí empezaron los ganaderos a pedir más medicamentos de forma privada porque estaba la evidencia de que se iba a desprender el problema sanitario.
Algo que llamó poderosamente la atención, según testimonio de técnico de Sefader, es que en la zona de Reforma de Pineda, San Francisco Ixhuatán, San Francisco del Mar, Pueblo Nuevo, Pueblo Viejo, la autoridad municipal se estaba haciendo cargo del tema sanitario, solo sacando lana y ahí eran los regidores de salud los que hacían actos de presencia en los mataderos y les cobraban una lana adicional al carnicero porque el ganado presentaba esa infección y para que no dijeran nada, les pagaban.
¿Desde cuándo estaremos comiendo carne contaminada?
Por fortuna eso ya se paró.
Y actualmente la zona álgida es la de Palomares, San Juan Guichicovi, Sayula de Alemán (Veracruz), El Porvenir, donde también se dieron los primeros brotes de 10 en una semana podría aumentar a 15 en la siguiente semana; mientras que, en la costa, hay brotes en Santa María Jocotepec arriba de Río Grande; San Gabriel Mixtepec, Santos Reyes Nopala, Santa María Colotepec, Pinotepa Nacional, Jamiltepec, y en la Sierra Sur se están reportando los primeros casos.
Hasta esta semana reportaron también un caso en Zipolite.
Es increíble que, estando enterados de estos brotes, la Sefader no haya colocado casetas de verificación en la autopista Barranca Larga-Ventanilla y por la carretera libre a la costa donde no existe ninguna, ni siquiera personal oficial haciendo sus inspecciones, los camiones con ganado que van hacia los baratillos pasan libres.
En donde sí hay personal verificando es en los baratillos, ahí se ha visto técnicos trabajando y ayudando, incluso estudiantes de veterinaria de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca que se han sumado en apoyo a la contingencia sanitaria.
Por lo pronto la enfermedad sigue avanzando, no han logrado controlar los brotes, con el grave riesgo de que Oaxaca entre en cuarentena, mientras, a los responsables de atender el problema sanitario están más ocupados haciendo dinero, les vale un comino la contingencia sanitaria.

De entrada, al Víctor López Leyva y su informático, el gobernador Salomón Jara Cruz ya debió correrlos por irresponsables e inoperantes, han puesto en grave riesgo a la población aun cuando se diga que comer carne infectada con gusano barrenador no representa un riesgo para la salud humana y que es cuestión de cocinarla a una temperatura de 65 grados centígrados.
Nadie en su sano juicio va a querer comer carne de res infectada.
¡A cuidarnos!
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