Cansados de una década de “cerrazón” y de ser ignorados por la dirigencia magisterial, integrantes del Frente de Lucha Jubilados iniciaron este lunes una toma indefinida del edificio histórico de la Sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), para exigir una mesa de diálogo que permita concretar la contratación de sus hijos en los diferentes niveles educativos.
La propuesta que, según denuncian, ha sido sistemáticamente rechazada no solo por los representantes de los niveles educativos, sino por la propia Comisión Política de la Sección 22.
Los jubilados afectados señalan que sus peticiones han sido presentadas durante los últimos diez años sin ser tomadas en cuenta.
Señalaron que muchos de los manifestantes padecen enfermedades como diabetes, artrosis, presión alta y cáncer, y lamentan que varios de sus compañeros ya hayan fallecido sin ver resueltas sus demandas.
El Frente está integrado por docentes que se vieron forzados a retirarse del servicio educativo en 2015, justo con la entrada en vigor de la Reforma Educativa del expresidente Enrique Peña Nieto, un marco legal que, afirman, los excluyó de todo beneficio, incluyendo la de proponer a sus hijos.
Los jubilados aseguran que en múltiples ocasiones han buscado apoyo en diversas instancias, incluyendo acercamientos con el expresidente Andrés Manuel López Obrador y con el Director del IEEPO, Emilio Montero, pero sin éxito.
Señalan que la actual dirigencia de la profesora Yeny Araceli Pérez Martínez, los jubilados han tenido acercamientos, pero estos tampoco se han concretado.
La principal queja es que la Comisión Política se ha “escondido” y no les ha dado la cara, usando como argumento constante que tienen “mucho trabajo”.
Como medida de presión para forzar un acuerdo con la dirigencia magisterial, los miembros del Frente de Lucha Jubilados no solo tomaron el edificio de manera indefinida, sino que también procedieron al cierre de la calle de Armenta y López, afectando la circulación en el centro de la capital oaxaqueña.