*Su inexperiencia y el apellido Jara que fue como una “maldición”, terminaron por hundirla, la batearon, le cerraron la llave y tuvo que renunciar en junio pasado
Le cerraron la llave. No tenía ni siquiera voz de mando para poder disponer de los vales de gasolina, y menos de decidir que constructoras serían las encargadas de los desarrollos de vivienda, el objetivo de fondo por el que la colocaron ahí.
Ya se frotaban las manos los jaristas pensando lo que ganarían metiendo a sus constructoras en los desarrollos de vivienda que pretenden realizar en la entidad oaxaqueña.
Tremendo chasco se llevó la inexperta Nabaani Jara Bolaños, hija del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, a quien éste impuso en la Delegación del Infonavit, pero el grupo ligado a los Murat la hicieron triza y se vio obligada por las circunstancias a presentar su renuncia silenciosamente.
Y la versión oficial de Palacio de Gobierno es que fue su propio padre, el gobernador Jara Cruz quien le habría pedido a Nabaani presentar su renuncia, ante el temor fundado de la revocación de mandato y si hay algo que le ha pegado muy fuerte al Mandatario oaxaqueño es el nepotismo, más que la corrupción.
Pero nos pusimos a husmear un poco al interior de la Delegación del Infonavit en Oaxaca y encontramos varias cosas interesantes.
La política federal en materia de vivienda, al menos en Oaxaca no tiene ni pies ni cabeza.
No se le alcanza a dar aún la dimensión a esta ambiciosa meta de construir casi dos millones de viviendas en el país (un millón 200 mil a cargo del Infonavit; y otro tanto a cargo de Sedatu, Conavi y Fovissste), pero en realidad esto representa el más grande programa de infraestructura que ha tenido el país en décadas.
Importante dato también es que hay 9 mil 500 créditos en cartera vencida en Oaxaca y que lo más probable es que ya no sean recuperados.
El problema es que aquí, como siempre, la política inhibe los resultados. Veamos por qué.
Por un lado, está lo sustantivo: la necesidad urgente de encontrar terrenos en donde se puedan ejecutar los desarrollos habitacionales. Oaxaca está inundada de tierras ejidales y comunales. Y en realidad es muy poca la tierra disponible para construir fraccionamientos en zonas que no estén sustantivamente lejos de los centros urbanos.
Ahí debería haber colaboración entre el gobierno federal y los gobiernos estatales. En el caso de Oaxaca, el gobernador Salomón Jara se empeñó en comenzar por el final, y en lugar de estimular un seguimiento puntual a las acciones de la presidenta Claudia Sheinbaum se empeñó en colocar a su hija Shunaxhi Nabaani Jara Bolaños como delegada del Infonavit en Oaxaca.
Lo logró, aunque de manera efímera. ¿Por qué?
Porque la hija del Gobernador sólo duró alrededor de cuatro meses en el cargo, y presentó silenciosamente su renuncia. Hasta ahora, de los motivos muy poco se sabe. Sólo que como la política no miente ni está oculta, habría que ver los movimientos al interior de Morena y sus facciones, para saber lo que realmente ocurre.
Para muestra, un botón: el director general del Infonavit, el controvertido Octavio Romero Oropeza ha venido varias veces a Oaxaca en giras oficiales y, salvo en una ocasión, nunca se ha reunido con el Gobernador Jara ni con sus funcionarios estatales relacionados con el cumplimiento de la política federal de vivienda.
Nada. Pareciera que simplemente son polos que no se tocan. Y nunca peló a la ilusa Nabaani Jara.
Incluso en esta última visita (apenas la semana pasada), Octavio Romero no tuvo ningún contacto con funcionarios estatales (salvo un funcionario de tercer nivel al que enviaron como representante estatal a la gira de trabajo) a pesar de que en el mismo gabinete estatal existe preocupación y disgusto con el personal de la delegación del Infonavit en Oaxaca, por las irregularidades que subsisten en el proceso de donación de uno de los terrenos en donde se ejecuta ya un desarrollo habitacional, San Jacinto Amilpas, que es propiedad del gobierno estatal y que no se ha regularizado en cuanto a la transmisión de la propiedad.
La lejanía entre el gobierno estatal y el Director del Infonavit se explica, insistimos, en la política. Octavio Romero pertenece al núcleo más duro del obradorismo, y ese grupo (junto con los no pocos adversarios de Salomón Jara, que ya tenía y los que ha ido acumulando como gobernador luego de sus excesos y marcado nepotismo) se está compactando alrededor de la senadora Luisa Cortés.
Abiertamente alrededor de la senadora están trabajando a favor de una posible candidatura al gobierno de Oaxaca. Y todo ello, obviamente, gira en contra de los intereses del gobernador actual, que no tiene en su proyecto político a Luisa Cortés; aunque tampoco parece que él y su grupo estén en las miras de mediano y largo plazo de la presidenta Claudia Sheinbaum y el obradorismo puro para seguir teniendo en sus manos al gobierno de Oaxaca.
Por eso, según parece, no hay cercanía ni colaboración en el cumplimiento de las metas. El Infonavit, dicen, tiene recursos de sobra para construir. El problema es que sin la gestión y concertación del gobierno estatal respecto a todo lo que está alrededor de un desarrollo habitacional, dicha meta se dificulta hasta niveles infinitos.
En ese contexto, llama la atención que el secretario de Economía estatal, Raúl Ruiz Robles, ha publicado en sus redes sociales reuniones con representantes de los diversos grupos de desarrolladores, constructores y comercializadores de vivienda.
Todos, sin la presencia del sector gubernamental federal llámese Infonavit, Fovissste, Sedatu o las demás dependencias involucradas. De hecho, no se explica por qué la parte estatal de ese programa de vivienda está en manos de Economía y no de la Secretaría de Infraestructuras y Comunicaciones, como debiera ser lo lógico como cabeza de sector.
Raúl Ruiz Robles igualmente parece estar jugando un juego confuso de intereses y aspiraciones que simplemente no tienen pies ni cabeza. A un inicio, él fue quien cobijó a Juan Jacob Pérez Miranda ante la primavera oaxaqueña, y luego lo separaron como titular de la Delegación Oaxaca del Infonavit para colocar en su lugar a la hija del Gobernador, la inexperta Nabaani que en las primeras de cambio tronó como ejote.
A través de ello encontró la interlocución con el gremio de los llamados vivienderos con quien ahora tiene reuniones y grupos de trabajo que no se sabe bien a bien con qué fin, porque los grandes resultados simplemente están empantanados entre la burocracia, las micro traiciones, la ingenuidad y los diferendos políticos entre los grupos de Morena.
Y es que sí, aquí la ingenuidad también juega un papel importante. A Nabaani Jara Bolaños la sorprendió en su ingenuidad un pequeño grupo dejado en la Delegación Oaxaca del Infonavit por Pérez Miranda para cuidarle las espaldas.
Durante su larga gestión como delegado hizo de esa representación un coto familiar, que va desde colocar a su cuñado como gerente de la oficina de atención, hasta utilizar los recursos federales para su uso personal, como vehículos, personal e insumos. Dicen que eso debería ser de escándalo si se investiga más a fondo.
El problema es que Nabaani Jara adoptó integralmente a dicho grupo y lo dejó bien guarecido a su salida de la Delegación. Nunca logró distinguir que ellos son una pequeña prolongación de la gestión del gobierno muratista, al que odian tanto y sopas la propia hija de Salomón Jara los benefició y los dejó bien amarrados.
Sorprendentemente, Jara Bolaños hizo suyo a ese grupo, lo cobijó y lo dejó a cargo de la Delegación en las manos de Daniela Martínez, que es persona allegadísima a Pérez Miranda y que funge como gerente administrativa, aunque ahora ya se presenta como delegada del Infonavit, sin tener el cargo.
Quienes la conocen dicen que ni hablar correctamente puede; que intenta emular hasta en las gesticulaciones, las actitudes, la prepotencia y la arrogancia a Pérez Miranda, el anterior delegado, máxime ahora que se asume como titular de facto de la Delegación; y que éste último a través de ella sigue utilizando a la representación del Infonavit en Oaxaca para sus fines personales, como en los tiempos en que fungió como titular de esta.
De Daniela Martínez y Juan Jacob Pérez Miranda hay mucho de fondo. En otro momento nos referiremos específicamente a su paso por el Infonavit. Es una chulada de información la que ahí existe.
Quienes entienden de política señalan que el hecho de que Nabaani Jara haya adoptado y cobijado al grupo de Pérez Miranda dentro del Infonavit equivale a tanto como que el gobernador Salomón Jara hubiera adoptado y protegido al Ratoncito Zárate, o a quienes el consejero jurídico Geovany Vásquez Sagrero metió a la cárcel por malos manejos de recursos.
De ese tamaño lo ven.
En fin, que lo que queda en medio es el programa de vivienda que no tiene para cuándo cumplirse.
A ver qué cuentas le entregan en su momento a la presidenta Claudia Sheinbaum que tiene puestas todas sus esperanzas en que el programa federal de vivienda reactive y dinamice el empleo y la circulación de recursos en todo el país.
En Oaxaca es un rotundo fracaso. Veremos.
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