Julio César Chávez Jr., hijo del legendario boxeador mexicano, abandonó el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11 en Hermosillo, Sonora, tras una decisión judicial que le permite enfrentar su proceso en libertad provisional.
El pugilista de 39 años fue vinculado a proceso el 23 de agosto por un juez federal, Enrique Miranda, por presuntos delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas, relacionados con supuestos vínculos con el Cártel de Sinaloa, específicamente la facción de Los Chapitos. La audiencia se realizó por videoconferencia debido a preocupaciones de seguridad en el traslado, dada la presencia de grupos criminales en la región.
Chávez Jr. fue detenido el 2 de julio de 2025 en su residencia en Studio City, Los Ángeles, por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, por exceder la duración de su visa de turista, vencida en febrero de 2024, y por proporcionar información falsa en una solicitud de residencia permanente.
Deportado el 19 de agosto, fue entregado a la Fiscalía General de la República (FGR) y trasladado al penal de máxima seguridad en Hermosillo. La investigación, iniciada en 2019 tras una denuncia de Estados Unidos, lo vincula con actividades de tráfico de armas y nexos con Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
El juez otorgó tres meses para que la FGR complete la investigación complementaria, imponiendo como medida cautelar la prohibición de salir de México y la obligación de permanecer localizable. Rubén Benítez Álvarez, abogado de Chávez Jr., calificó las acusaciones como ‘anécdotas de camaradería’ y afirmó que no hay pruebas sólidas que lo vinculen con actividades delictivas de alto nivel.
La familia del boxeador, incluido su padre, Julio César Chávez, ha expresado confianza en su inocencia, mientras el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, destacó la deportación como un ejemplo de cooperación bilateral.