Empoderado, camina en el aire como para que los zapatos no se le empolven, con actitud soberbia, arrogante y autoritaria, su diminuta figura no le permite ver a sus adversarios de arriba hacia abajo, así es el actual Jesús Romero López, el secretario de gobierno, que vio en el cargo que ostenta una enorme oportunidad de venganza contra todos aquellos que no se pliegan a sus pies, olvidando la cuna de donde proviene y su vida de chantaje y prebendas gubernamentales del pasado.
¿Qué me cuentas a mí que se tu historia?, dijera mi compadre y colega Pedro Matías, con todo el conocimiento que nos dan 36 años de trayectoria en este andar, podemos desmenuzar a cada uno de los políticos de ayer y hoy.
Por cierto, le mando un abrazo a Pedro Matías hasta los Europas, donde está acogido por un programa internacional de protección, y en donde expondrá en foros internacionales la situación de los periodistas en México y Oaxaca. Vale por eso.
Después de este paréntesis, seguimos con el tema que hoy nos ocupa en este espacio.
Cegado por el odio y el rencor, Chucho no alcanza a percibir la gravedad de sus actuaciones, mantiene bajo control a todo el sector de Seguridad Pública, aunque hay un secretario al frente de esa institución, Iván García Álvarez es más que un cero a la izquierda, no decide, no opina, es un bulto, al igual que el propio fiscal Bernardo Rodríguez Alamilla, están bajo las órdenes de “El Romerito López”.
¡Que lamentable!
Es Chucho Romero quien ha ordenado los operativos de seguridad, no es el secretario federal Omar García Harfuch, no se confundan, sino el juchiteco, aunque en el caso Juchitán haya sido un rotundo fracaso, puesto que siguen los homicidios de hombres y mujeres, detenciones arbitrarias y cobros de piso.
Van 49 mujeres asesinadas y el gobierno de Donald Trump de los Estados Unidos, acaba de emitir una recomendación nivel 2 a sus ciudadanos para no viajar a Oaxaca por la terrible inseguridad.
El trasfondo de ese operativo en Juchitán era fregar a Emilio Montero Pérez, actual director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca y al presidente municipal, Miguel Ángel Quetu, a quienes considera sus adversarios porque sabe que Montero Pérez, aunque no lo ha dicho abiertamente, es también uno de los aspirantes a la gubernatura, al igual que el senador Nino Morales Toledo, este último también anda en abierta campaña.
Aunque en mi estricta opinión, Nino Morales no debería hacer campaña mediante los eventos oficiales de Jara Cruz, sino caminar por su cuenta en territorio, porque falta mucho todavía para que haya una decisión sobre la sucesión, en política no hay nada escrito. Puede haber sorpresas.
Discípulo del extinto Daniel López Nelio, a quien no le aprendió nada, porque Nelio era conciliador, no pateaba a los de casa, a su propia familia como hoy lo hace Chucho contra Lenin López Nelio, Miriam Vásquez, Pavel López, a quienes les ha puesto el pie para que no queden en ningún lugar del gabinete, aunque sus primos ahí la llevan, Miriam logró ser diputada federal, pero por otros medios, no por el tío de sus hijos.
Y también intriga contra los propios personajes cercanos al gobernador Salomón Jara Cruz, a quienes le pagaron la campaña a Jara, porque también hay que decirlo, por ello el Mandatario oaxaqueño no puede decirles que no, pero Chuchito no lo entiende, y seguirá dándoles a todo aquél que le haga sombra, al igual que crea infiernitos con diversos sectores para después apagarlos y decirle al iluso gobernador que él es el fregón.
Romero López ha iniciado su campaña rumbo a la gubernatura de Oaxaca, sí la de dos años, aunque si ellos quieren vuelven a modificarla, total, el Congreso del Estado también está a sus pies, no hay oposición, por eso tiene al gabinete de seguridad bajo sus pistolas, porque desde ahí utilizando al comisionado de la Policía Estatal, Francisco Santiago se dedican a perseguir y espiar a sus adversarios del gabinete, incluso hay denuncias de cobro de piso.
En los últimos días, “Chuchito” ha estado convocando a presidentes municipales para controlarlos con el garlito de que les dará mayores apoyos, de que les bajará presupuesto para sus caminos, para agua potable, para piso firme, alumbrado, para lo que necesiten, pero oh sorpresa, el juchiteco está peleado con el señor de las Finanzas, con Farid Acevedo López, a quien no se cansa de echarle lodo en reuniones privadas del gabinete y el gobernador Salomón Jara solo calla.
“Gobernador es que no quieren colaborar”, le dice Chucho a Salomón y el otro se lo cree a ciegas.
Y aquí les voy a dejar un dato bien importante, tomen nota, el gobierno de Jara Cruz acaba de devolver a la Tesorería de la Federación $475 millones, 468 mil, 872.10 pesos, del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, dinero que sirve precisamente para drenajes, piso firme, alumbrado y la infraestructura básica municipal para las poblaciones más pobres.
No apoyaron a los municipios más pobres, una buena parte del recurso fue devuelto, ¿saben ustedes lo que significan $475.46 millones de pesos?…en un estado con tanta pobreza, es un crimen devolver un peso.
Esta cifra sale del monto modificado del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social Estatal que fue de $1,805 millones 173 mil, 349.57 pesos a la que se le resta el monto devengado que fue de $1,329 millones, 704 mil, 477.41 pesos, da la cantidad de $475 millones, 468 mil 872.10 pesos.
Pero hay más datos.
El titular de Sego no se cansa de repetir en sus conferencias de seguridad que hay gobernabilidad, que los homicidios han bajado, que somos el quinto estado más seguro, pero el INEGI lo desmiente en su reciente encuesta, porque en Oaxaca, la ingobernabilidad es un problema complejo con raíces en la inseguridad, la corrupción, la pobreza y los conflictos agrarios.
Aunque el gobierno estatal afirma que se ha logrado gobernabilidad a través del diálogo y el trabajo en territorio, persisten desafíos significativos.
Dicen que para muestra un botón. En Oaxaca de Juárez, el 76.6% de la población, hombres y mujeres confirmaron en la encuesta que vivir en su ciudad es inseguro, y en la capital oaxaqueña la delincuencia está disparada, que lástima que no hayan medido a Juchitán, porque ahí la delincuencia sentó sus reales, al igual que Pinotepa Nacional, Huajuapan de León, Tuxtepec, entre otros municipios urbanos.
La inseguridad y la delincuencia son percibidas como el problema más importante por una gran parte de la población de Oaxaca.
Entonces ¿de qué se ufana Chuchito?
Pero Romero López ha iniciado su campaña utilizando justamente a los cuerpos de seguridad y a la propia fiscalía general del Estado, ya encontró el modus operandi de cómo hacer su caminito hacia el 2028, en lugar de apoyar a la tropa de la Policía Estatal para contar con mejor armamento y no con escopetas viejas con las que no pueden hacerle frente a la delincuencia organizada, pobres polis.
Es más, muchas autoridades municipales cuentan con armamento sin permiso, porque les sale muy cara la certificación y en el gobierno de Jara Cruz no cuentan con el apoyo para que lo hagan, porque Chucho Romero y Karina Barón del SESESP son quienes intervienen en la asignación del Fondo Cuatro a los municipios, ellos deciden con quien hacen las compras y todo lo que tienen que invertir en ese rubro.
Por eso han fracasado en materia de seguridad.
¡Ah!, se me olvidaba, también tiene el control de la Coordinación de Comunicación Social, nada se mueve ahí si Chuchito no lo aprueba, aunque la imagen de su gobernador Jara esté en el piso con una calificación de menos del 5% en aprobación y que a nivel nacional fuera exhibido con una camioneta “machuchona” con un valor de casi $2 millones de pesos, esos son los grandes logros en la imagen del Mandatario oaxaqueño.
Amén de lo último que ordenó con el desalojo a trabajadores de los Telebachilleratos Comunitarios, a quienes le metió a la fuerza pública y los amenazó vía telefónica de que le bajaran a su protesta, sin que mediara el diálogo, la conciliación, escuchar las demandas, canalizar los problemas a las áreas correspondientes, eso es lo que haría un buen encargado de la política interna.
Le abrió ese nuevo frente a quien debería guardarle lealtad y respeto, a Salomón Jara.
Por ello, la percepción de ingobernabilidad, inseguridad, corrupción y la desconfianza en el gobierno de Salomón Jara y las instituciones persisten, pero el único responsable de este fracaso tiene nombre y apellido, no lo olviden, es Jesús Romero López, el que teje y maneja todo en el gabinete a su favor, con amenazas, intrigas, y abriéndole frentes a su propio jefe Político, que no acaba de despertar.
Ya se lo llevó al baile, ni hablar.
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