Han pasado ya casi siete años de que Morena gobierna al país; y su lema de “Primero los pobres” ondea falsa y huecamente, porque solamente la utilizaron para inducir a los mexicanos a votar por la supuesta izquierda; y así se encumbraron en el poder; de ahí, dos cosas han sucedido: olvidarse de los padecimientos del pueblo y cambiar las reglas políticas para permanecer en el Estado el mayor tiempo posible; se han concentrado en esto último; así se explican las no menos de 20 “reformas” impulsadas por Andrés Manuel López Obrador; entre ellas se encuentra la Reforma Electoral, incorporada recientemente a la agenda mediática.
La noticia de que Pablo Gómez “dejaba” la Unidad de Inteligencia Financiera tras cuatro años de no hacer nada inmediatamente fue relevada por otra, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que este funcionario ahora sería el encargado de la Comisión Presidencial –junto a Rosa Icela Rodríguez, Arturo Saldívar, Ernestina Godoy y Lázaro Cárdenas Batel– encargada de coordinar los trabajos diagnósticos y rediseñar la reforma electoral hacia un “nuevo sistema de partidos políticos”; según se difundió, esto se realizará para crear un sistema que ponga al frente la democracia y al pueblo… ¿será?
“Al frente la democracia” y “tomar en cuenta al pueblo” son frases muy parecidas a la de “Primero los pobres”. Hoy, ya encarrilado el segundo sexenio de Morena, podemos asegurar que las cosas en México no han cambiado. Entonces, la reforma electoral resulta necesaria, porque le otorgará el timón necesario al gobierno de Sheinbaum para convertir a Morena en un partido hegemónico; pero para eso debería restar fuerza, si no eliminar, al resto de los partidos; y una forma consiste en quitarles el financiamiento público.
Si México ya está en crisis sociopolítica, las cosas se vislumbran peor con la reforma electoral que tomará el mismo rumbo que otras reformas aprobadas; una falsa consulta ciudadana en la que una mínima parte del pueblo se suma, pero en ningún lugar es considerada su opinión; segundo, se buscará y les otorgarán voz a los “expertos” y a “la oposición”, como establece Sheinbaum; pero tampoco serán consideradas las opiniones.
Parece relevante que desde Palacio Nacional se nombre una “Comisión presidencial”. ¿Acaso Morena y la Presidenta temen perder la batalla legislativa? ¿Acaso la consulta abierta y la opinión de “expertos” (ojalá y no sean sólo afines a Morena) es porque no tienen respaldo popular ni de especialistas en la materia? Pero no hay duda de que todo se “está cocinando” desde Palacio Nacional con Súper Pablo Gómez, un político que hoy deberá “cortar la cabeza” al esquema político que le atrajo varios puestos políticos.
Si restan financiamiento oficial a los partidos, el ahorro será para el gobierno morenista y parará en las obras infrautilizadas, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles o el Tren Maya, que sólo sirven a quien puede pagar elevados costos por un viaje; para el pueblo no hay beneficios directos; por otra parte, el que la reforma suprima el número de diputados plurinominales tampoco afectará a las familias mexicanas; incluso los diputados por voto directo sólo aparecen ante sus electores cuando hacen campaña y luego una o dos veces durante su periodo legislativo, y casi siempre se retiran sin haber atendido los problemas sociales; ése es el verdadero problema.
Ante los hechos actuales debemos considerar que Morena no salió bien librada con la reforma judicial implantada por la primera votación “popular” para jueces, que generó mucho ruido y polémica.
En poco tiempo, plantear nuevamente otra consulta para favorecer la reforma electoral resulta abusivo ante los ciudadanos; y saldrá contraproducente y hasta peligroso para Morena, cuando ya se mueven piezas frente a las elecciones de 2027 en el tablero. Con la reforma también se pretende disminuir los recursos destinados al Instituto Nacional Electoral; lo que también generará inconformidad social.
Aunque la iniciativa se concrete finalmente, tanto la Presidenta como Pablo Gómez se enfrentarán a choques, desatinos y hasta enfrentamientos aprovechables si no por la oposición, sí por el pueblo mexicano, que ya está cansado de promesas. Hoy, Sheinbaum y Morena juegan con lumbre cuando los bomberos escasean. Por el momento, querido lector, es todo.