La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Senado de México, Reyna Celeste Ascencio Ortega, subrayó que es necesario impulsar una reforma en las fiscalías, así como acabar con la corrupción en los cuerpos policiacos, porque son en gran medida el primer contacto con las víctimas.
La senadora consideró que también es indispensable reforzar la cooperación internacional, porque hay problemáticas comunes que han durado mucho tiempo, como la riqueza en manos de unos cuantos, la corrupción, los gobiernos ineficientes y la presencia del crimen organizado.
Durante la presentación del libro “Los hijos de la violencia y el narco en Michoacán”, mencionó que vale la pena preguntarse “quién le da el permiso al narcotráfico de quitar, robar, secuestrar y matar los sueños y aspiraciones de las juventudes de nuestro país, y la respuesta puede ser: miedo, pobreza, falta de educación, la narcocultura que vemos en series de televisión, la falsa ilusión de riqueza rápida o la corrupción”.
En su oportunidad, la autora Lorena Cortés Villaseñor aseveró que la base social que alimenta las estructuras del crimen organizado son las niñas, niños y adolescentes, y hay estimaciones de la Red por los Derechos de la Infancia en México de que son alrededor de 30 mil menores los que participan en estos grupos a lo largo del país.
“Hay que señalar además que la principal causa de muerte en jóvenes entre 14 y 24 años es el homicidio doloso, lo que retrata de cuerpo entero la tragedia”, agregó.
“México padece el cáncer del crimen organizado, que además ya hizo metástasis, y aunque se le han dado paliativos, se necesita curar desde lo elemental, por lo que hay que partir del diagnóstico, a fin de generar rutas sostenibles y no atacar con la pólvora, porque la violencia solo genera más violencia”, denunció.
Por su parte, la coordinadora nacional de Amassuru, organización dedicada a temas de seguridad y defensa de mujeres en Latinoamérica y el Caribe, Margarita Zapata Moreno, consideró que el libro aporta información valiosa, porque reconoce que la violencia afecta de manera diferenciada a la población, además visibiliza las causas y consecuencias del vínculo de las y los jóvenes con el crimen.
En su oportunidad, la especialista en seguridad multidimensional, Teresa Torres Aguilar, estimó que el libro es de mucha valía, porque parte de lo que se requiere en materia de seguridad es la humanización, es decir, centrar las estrategias en las personas. “La obra retrata la necesidad de cambiar el paradigma de la seguridad, a partir de políticas públicas coordinadas y con inteligencia social”, señaló.
Finalmente, la especialista Perla Liliana Ortega Porcayo recalcó que México necesita un enfoque integral en sus políticas de seguridad. El libro, refirió, muestra realidades visibilizadas, pero no atendidas, y nos sensibiliza con las historias que aborda, por lo que invitó a replicar la historia para transformar a quienes están cerca de nosotros.