El presidente Donald Trump anunció desde la Casa Blanca este sábado que Estados Unidos ejecutó bombardeos de precisión masivos contra las instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahan, declarando que fueron totalmente eliminadas. Durante un discurso acompañado por el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Defensa Pete Hegseth, Trump calificó la operación como un éxito militar espectacular, afirmando que el objetivo era neutralizar la amenaza nuclear iraní. Las fuerzas estadounidenses ya habrían retirado sus aviones del espacio aéreo iraní tras la misión.
Trump señaló que, de no alcanzarse un acuerdo de paz, Estados Unidos podría considerar atacar nuevos objetivos en Irán, manteniendo la incertidumbre sobre los próximos pasos. El mandatario enfatizó que los ataques responden a décadas de hostilidad por parte de Irán, incluyendo la muerte de soldados estadounidenses en atentados previos, y dejó abierta la posibilidad de una mayor intervención si las negociaciones fracasan. La Casa Blanca no detalló un cronograma específico para futuras acciones.
La operación se produce tras una semana de intensos enfrentamientos entre Israel e Irán, que incluyeron ataques con misiles y drones, dejando cientos de muertos y heridos. Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la región con el despliegue de bombarderos B-2, aunque hasta ahora se limitaba a medidas defensivas. Las imágenes satelitales muestran daños significativos en las instalaciones atacadas, según análisis preliminares.
El gobierno iraní, por su parte, reportó más de 430 muertos y prometió respuestas contundentes, mientras evacuaciones continúan en Teherán y otras zonas afectadas. El presidente iraní reiteró que su país no detendrá su programa nuclear y está dispuesto a dialogar, pero no bajo presión. La comunidad internacional ha expresado preocupación por una posible escalada regional, con algunos líderes pidiendo de-escalación.