Expolición
El otro Oaxaca
A Josué Caleb.
Oaxaca ha sido víctima de catástrofes -no solo de gobernantes-, que viene arrastrando ¡uuuff! desde tiempos inmemoriales. Su historia mas bien parece un incendio neroniano cuyas llamas arrasan no solamente bosques sino su sociedad desprotegida ante la inseguridad, la amenaza de una creciente delincuencia sin paralelo que se extiende por todo el Estado y que parece estar protegida por el gobierno morenista. A toda esta desestabilidad social se suman los desastres con los que la naturaleza se cobra la factura con quienes la agravian. Ahora mismo Oaxaca acaba de ser colapsada por un huracán que al parecer solo vino a impactarse y causar estragos en las costas oaxaqueñas, cuando aún muchas comunidades de la región no se reponen del meteoro Agatha que dejó destrozada la zona. A pesar del apoyo gubernamental, la gente todavía no recupera su patrimonio perdido, ni olvida el episodio del desastre que vivieron por ese huracán. Los mismos pueblos han sufrido otras dolorosas experiencias por sismos destructivos que también acabaron con sus bienes. Todos estos fenómenos naturales han dejado desdicha en pueblos marginales que parecen condenados a ser repetidamente blanco de una apocalíptica naturaleza que solo se defiende de los daños que le causa el hombre. Oaxaca no solamente es zona sísmica y de huracanes, sino también de sequías e incendios forestales, como si aquí se concentrara el calentamiento global, con temperaturas que han causado muerte. Tal vez menores que los de Agatha y aún cuando no se ha hecho un recuento, los daños del huracán Erick parecen menores, tal vez porque no hubo víctimas que lamentar, pero los destrozos a viviendas, a las vias de comunicación, desbordamientos de ríos, suspensión de muchos servicios como la telefonía, los vuelos aéreos y cierre de mas de 3 mil escuelas, son considerables. Los daños se resintieron en 22 municipios costeños que afectaron a mas de setenta mil personas, muchas de ellas con residencia en lugares que quedaron incomunicados. También muchos centros hospitalarios al sufrir inundaciones por el desbordamiento de las aguas. Hasta este viernes solo se mencionaba el caso de una persona que había muerto electrocutada. Ha sido notable la presencia de soldados, marinos, la Guardia Nacional y organismos de socorro en las costas de Oaxaca y de Guerrero en donde azotó el meteoro, para reparar daños carreteros y la techumbre y en casas inundadas. Los gobiernos Federal, de Oaxaca y de Guerrero y por donde se previó que iba a azotar Erick, hicieron a la población muchas recomendaciones preventivas.
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El huracán Erick vino a distraer al gobernador y su gabinetazo de su concentración en los preparativos de las fiestas de la guelaguetza, propósito fundamental del régimen para proyectar a Oaxaca urbi et orbi; las demás obligaciones para un buen mandato, pueden esperar, como lo hicieron los regímenes anteriores; de ahí la crisis social y los conflictos desbordados que nunca han sido solucionados de fondo, porque así conviene a sus intereses, manteniendo engañosas políticas gatopardistas. Al gobernador le interesa mucho que Oaxaca a través de su guelaguetza aparezca en todas las marquesinas del mundo; no importa la otra cara de la moneda; el otro Oaxaca, el de los conflictos, el de la corrupción y el nepotismo, el de la inseguridad, el de la criminalidad en ascenso, el del desempleo, el de vendedores callejeros, el de la criminalización de la pobreza y brutal desalojo gorilesco de mendigos harapientos y viciosos del mercado de abasto, razia llevada a cabo hasta con soldados. Se combate por un lado a la pobreza y por otro, se permite la migración de la delincuencia organizada que se extiende por todo el territorio oaxaqueño, pero que se concentra principalmente en la región del istmo de Tehuantepec, porque ahí estarán, a través del corredor transístmico importantes empresas transoceánicas, y servirá para desplazar a la gente. Miente el Fiscal de Oaxaca cuando dice que en esa zona la delincuencia es de la localidad. El mismo funcionario desconocía que la alcaldesa Lilia Gema García Soto de San Mateo Piñas, acribillada a tiros en el propio palacio municipal hubiera sido amenazada de muerte. Esto ya era del conocimiento de la Fiscalía federal. Sin tener nada claro, o siquiera una falsa pista, el Fiscal de Oaxaca, para salir del apuro dice cualquier cosa, pero hasta ahora no ha podido encontrar a un niño de un año y tres meses, perdido en la región Mixe. Mientras tanto, el mismo cartel del despojo muratista ¿y ahora morenista? sigue permitiendo oscuras operaciones de playas y manglares en la costa oaxaqueña para levantar complejos habitacionales, a sabiendas de que esos predios son comunales o reservas protegidas; aunque privatizar esos recursos sea tarea fácil para el tal Geovany, el Rasputín del gobernador.
So long raza y por ahí nos encontraremos.