La noche del martes 17 de junio, Antonio Huesca Figueroa, director del CERESO de Tuxpan, fue asesinado a balazos en un ataque directo en el centro de la ciudad, en la calle Garizurieta, entre las calles 2 de Abril y Fausto Vega Santander, en la colonia Centro. Huesca Figueroa se encontraba a bordo de un Volkswagen Jetta color blanco cuando sujetos armados lo interceptaron y dispararon en múltiples ocasiones, huyendo del lugar con rumbo desconocido.
El 10 de marzo de 2025, una lona con amenazas de muerte dirigidas a Huesca Figueroa apareció en las letras turísticas de Tuxpan, ubicadas en el bulevar Independencia, en la colonia La Ribera. El mensaje, atribuido al crimen organizado, acusaba al director del penal de presuntas irregularidades en la administración del reclusorio. A pesar de las advertencias, las autoridades no han confirmado si se implementaron medidas de protección para el funcionario.
Tras el ataque, elementos de la Policía Municipal, Policía Estatal, Secretaría de Marina, Ejército Mexicano y Guardia Nacional acudieron al lugar para acordonar la zona y desplegar un operativo de búsqueda de los responsables, sin que se reporten detenciones hasta el momento. Peritos criminalistas y personal de la Policía Ministerial realizaron el levantamiento del cuerpo, que fue trasladado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para la necropsia correspondiente.
Antonio Huesca Figueroa, quien previamente había dirigido el reclusorio regional de Poza Rica, era una figura conocida en el sistema penitenciario del norte de Veracruz. Fuentes locales indican que, tras las amenazas de marzo, fue trasladado temporalmente al reclusorio de Pacho Viejo, aunque se desconoce por qué se encontraba en Tuxpan la noche del asesinato. La Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz abrió una carpeta de investigación para esclarecer el móvil del homicidio.