Oaxaca de Juárez, Oaxaca, 5 de junio de 2025.— En congruencia con las declaraciones del Presidente Nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, el Comité Directivo Estatal del PRI en Oaxaca condenó de manera firme la elección judicial celebrada el pasado 1 de junio, calificándola como un proceso fallido, sin legitimidad y alejado de los principios democráticos.
Durante conferencia de prensa celebrada tras la inauguración de las nuevas oficinas de la CNC en Oaxaca y la renovación de sus cuadros políticos, liderazgos estatales y nacionales del partido denunciaron los múltiples vicios que marcaron este ejercicio: desde la escasa participación ciudadana hasta la manipulación operativa en las casillas. La presidenta estatal del PRI, Carmelita Ricárdez, fue contundente al señalar que “los niveles casi nulos de participación ciudadana, mala organización, coacción del voto, movilización obligada y uso de acordeones hicieron de la elección del Poder Judicial un completo fracaso”.
A su vez, el secretario general, Jesús Madrid, subrayó que el costo del proceso —más de 13 mil millones de pesos, según cifras del INE— representó una burla para las y los mexicanos, en un país con hospitales en crisis, inseguridad desbordada y un sistema de salud que colapsa. “Ese dinero debió servir para salvar vidas, no para simular democracia”, expresó. Heliodoro Díaz Escárraga, delegado del CEN del PRI en Oaxaca, lamentó la falta de experiencia de quienes resultaron electos, al haberse eliminado requisitos fundamentales como trayectoria judicial, lo que permitió la postulación de perfiles sin preparación ni autonomía.
El dirigente estatal de la CNC, Amando Bohórquez, denunció que en muchas comunidades campesinas del estado hubo presiones directas para participar en una elección que ni siquiera se entendía. “Nos movilizaron a la fuerza, sin información, como si el voto fuera una obligación bajo amenaza”, afirmó. Por su parte, Rebeca Cervantes, secretaria nacional de la Corriente Crítica, expuso que con el 84% de las actas computadas, el INE reporta más de 10 millones de votos nulos y más de 11 millones en blanco, lo cual representa más del 21% del total de sufragios emitidos. “Ese dato refleja el hartazgo y el rechazo activo del pueblo mexicano ante un proceso que no confió ni comprendió”, enfatizó.
Las secretarias del Comité Estatal, Leticia Vasconcelos y Maritza Scarlett Guerra, coincidieron en señalar que la elección estuvo envuelta en confusión, falta de difusión adecuada y ausencia total de pedagogía electoral. Denunciaron el uso de acordeones en las urnas, así como el acarreo masivo en municipios de los Valles Centrales y la Mixteca. Representando al diputado local Javier Casique, Eric Carrasco anunció que desde el Congreso de Oaxaca se respaldarán acciones legales e institucionales en contra de un proceso que vulneró la división de poderes y atenta contra la independencia judicial.
Las y los líderes del priismo oaxaqueño dejaron claro que el rechazo ciudadano fue rotundo. Con una participación nacional de apenas el 13.6% y poco más del 10% en Oaxaca, según datos oficiales del INE, quedó evidenciado que 9 de cada 10 mexicanas y mexicanos decidieron no participar. La votación válida apenas alcanza el 8.61% del padrón electoral, lo cual plantea serios cuestionamientos sobre la legitimidad democrática del resultado.
Desde Oaxaca, el PRI alza la voz con claridad: la justicia no puede ser decidida por la voluntad de una mayoría movilizada a la fuerza, ni por el aplauso de una élite política. Debe construirse sobre méritos, experiencia e independencia. Y esa, sin duda, no fue la elección que vivimos el 1 de junio.