Comerciantes expenden sus productos sin usar cubrebocas ni gel antibacterial, la gran mayoría, personas en situación de calle estornudan en diferentes puntos sin usar el estornudo de etiqueta, algunos niños y niñas usan cubre bocas y juegan con ellos, otros más juegan entre los andadores sin saber lo que pasa en el mundo, así ha sido la vida en la Central de Abasto Oaxaca en plena contingencia sanitaria.
Al caminar por este espacio por 25 minutos, se puede percibir que aquí muchos aún no creen en el Covid-19, sólo unos cuatro policías estatales que a lo lejos, con medidas de protección como cubre bocas y caretas observan sin poder hacer nada.
Son las 14:30 horas de un día entre semana, al ingresar sobre Avenida Mercaderes se ve a por lo menos tres decenas de personas caminando a unos cuantos metros, un hombre y mujer de aproximadamente 40 años toman de las manos a una niña y un niño de entre 4 y 6 años, ninguno con cubre bocas.
Entre los pasillos de comerciantes algunos en grupos de tres conversan sobre diferentes temas, otros en sus locales comen tortas, helados, bolis, paletas de hielo, ante una temperatura de aproximadamente 29 grados.
En las zona de bodegas sobre una banca de metal que utilizan para descanso los estibadores o comúnmente conocidos como “diableros” dos hombres adultos en situación de calle estornudan, en su alrededor nadie se asombra ni intenta alejarse del lugar o mantener la sana distancia como sí se ha visto en el Centro Histórico.
En los comercios de dulces, plásticos, alimentos para animales comerciantes tampoco usan cubrebocas, quienes lo hacen tienen sólo tapada la boca y no la nariz, otros más lo portan en el cuello.
Son 14:40 horas, un comerciante con un garrafón en la puerta de su local regala agua, una mujer que pasa por el lugar se acerca y toma un poco de ésta, invita a su acompañante a tomar un poco y éste bromea “No, sácate, no vaya a tener ahí el Coronavirus” la única frase sobre el virus que ha dejado miles de muertes en el mundo y 90 en Oaxaca, que se escuchó en este espacio.
Al regresar por el pasillo de entrada, se observa a dos niños y una niña con ropa desgastada, sin cubrebocas, que se toman las manos, juegan en su inocencia y ríen mientras a su alrededor varias personas circulan también sin cubre bocas. A tan solo tres metros un niño de aproximadamente tres años juega con su cubrebocas, se lo saca, lo muerde y se lo vuelve a poner.
Un hombre con gorra y de apropiadamente 50 años descansa su brazo izquierdo sobre una camioneta tipo Nissan desgastada, el hombre escupe a su lado derecho mientras espera, a su lado pasan estibadores apurados en sus labores diarias.
Son 14:48 horas, dos policías estatales en un extremo y dos más en otro, en sus motocicletas descansan, usan cubrebocas y caretas, observan a las personas, probablemente cansados de dar las recomendaciones, o quizá resignados a no poder hacer nada.
Es la Central de Abasto en Oaxaca y aquí nadie habla del Covid-19.
El Presidente Municipal Oswaldo García Jarquín, dijo este jueves 21 de mayo, a más de 60 días de la pandemia en la entidad, en un comunicado que la “Central de Abasto es una zona de alto riesgo de contagio de Covid-19, quienes acudan a ese lugar deben saber que se están exponiendo de adquirir el virus” y quien se arriesgue es bajo su propia responsabilidad pues ahí han colocado cinco filtros de control sanitario que durante el recorrido por este espacio no se vieron por ningún lado.
En la entidad, de acuerdo a los Servicios de Salud de Oaxaca se registran 808 casos confirmados por Covid-19 y 90 muertes por el virus, las autoridades han llamado a no bajar la guardia, extremar medidas y seguir con la Jornada Nacional de la Sana Distancia.