Erick García personificó el papel de Jesús, de oficio carpintero, con 24 años de edad tuvo esta encomienda.
Cerca de dos mil personas entre locales, turistas nacionales e internacionales presenciaron la 44 edición de la pasión de Cristo, en el municipio de Tlalixtac de Cabrera.
Este año, Jesús fue personificado por el joven Erick García de 24 años de edad, quien por más de cinco horas soportó las humillaciones, golpes, latigazos, cachetadas, patadas y escupitajos de los hombres que hicieron el papel de los soldados romanos.
Jesús (Erick) bajo los rayos intensos de sol, caminó por más de tres horas, recorrió cerca de dos kilómetros hasta llegar a su crucifixión, los más de 100 kilos de la cruz no lo detuvieron durante su recorrido, quien en reiteradas ocasiones dejó ver su cansancio y por un momento pareciera que quería abandonar su recorrido.
Vianey García de 13 años edad fue la encargada de hacer el papel de María, madre de Jesús, quien en todo momento lo acompañó durante este viacrucis.
Cerca de las 10:00 de la mañana inició el juicio en contra de Jesús, ante Herodes y el procurador romano Poncio Pilatos. Una hora después el Viacrucis, el Encuentro y la Crucifixión recorrió las calles principales de este municipio, ubicado a 20 minutos de la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Las cachetadas, los latigazos y escupitajos se hicieron presente durante todo el trayecto, mientras que la cara de dolor de Jesús (Erick) se podía ver en cada golpe, su espalda marcada por los latigazos al límite del sangrado.
¡Ya no lo golpeen, ya déjenlo! Se pudo escuchar en varias ocasiones entre la gente, que podía sentir cada golpe, cada latigazo y la cara de dolor del joven.
¡No es justo, no lo golpeen así!, gritaba la gente, mientras algunas personas se cubrían el rostro para no ver estas escenas.
Quienes hicieron el papel de Dimas y Gestas también sufrieron los estragos y golpes de los soldados romanos, quienes no se tentaron el corazón para darles latigazos, pese a los gritos y suplicas de la gente.
Jesús (Erick) en varias ocasiones sus ojos se ponían rojos, quizás aguantaba las lágrimas, mientras pedía que pararan los golpes, por los furiosos soldados romanos, quienes repartían latigazos a todas y todos los participantes.
Durante el trayecto, tres hombres del público se metieron a cargar la cruz de más de 100 kilos, ellos tampoco se salvaron de los latigazos, quienes también sintieron el ardor de los golpes.
A escasos 100 metros de llegar a las canchas deportivas, lugar donde se realizó la crucifixión, el joven Erick se desplomó del cansancio, del dolor y de las quemaduras en sus pies, quedó tendido en el suelo, mientras algunos soldados romanos lo auxiliaron, así como paramédicos de la Cruz Roja.
Por un momento, la gente pensó que no aguantaría llegar, entre el público, quizás sus amigos o familiares se pudo escuchar los gritos ¡Vamos Erick ya te falta poco, vamos tú puedes, levántate!, fueron las palabras de aliento, a las cuales también se sumaron las personas que la hicieron de los soldados romanos.
Al entrar a la cancha deportiva, se pudo recostar en la cruz, mientras lo preparaban para levantarlo y así poder dar por terminado la crucifixión. Erick había cumplido su misión.