La mañana de este viernes, una avioneta Cessna 206 con matrícula guatemalteca TG-MOS se desplomó en el cantón Pinabeto, en la zona alta de Tapachula, Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, dejando tres personas sin vida. Los fallecidos fueron identificados como el piloto guatemalteco Luis Fernando Castillo Gómez, de 42 años, el copiloto José Manuel Estrada Vásquez, de 38 años, y el técnico mexicano Roberto Carlos Mendoza López, de 35 años, del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). La aeronave realizaba una operación de dispersión de moscas estériles para combatir la plaga del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), que afecta al ganado y a humanos en la región.
De acuerdo con los primeros reportes, el piloto intentó un aterrizaje de emergencia en una carretera de terracería tras reportar fallas mecánicas al control aéreo del Aeropuerto Internacional de Tapachula, de donde había despegado a las 08:14 horas. Sin embargo, no logró maniobrar con éxito: la avioneta impactó contra el suelo y se incendió de inmediato.
Habitantes del cantón Pinabeto relataron que escucharon un estruendo y corrieron al lugar del siniestro, intentando sofocar las llamas con cubetas de agua y ramas, pero el fuego ya había consumido gran parte de la aeronave, impidiendo cualquier posibilidad de rescate. ‘Llegamos rápido, pero las llamas eran muy altas, no pudimos hacer nada’, señaló un poblador a las autoridades locales.
El Departamento de Aeronáutica Civil de Guatemala confirmó que la avioneta operaba bajo protocolos binacionales México-Guatemala para atender una emergencia sanitaria por el gusano barrenador, una plaga que ha generado pérdidas millonarias y ocho casos de miasis humana en Chiapas en 2025, según la Secretaría de Salud.
La instancia guatemalteca señaló: ‘Con base en los protocolos internacionales de aviación, se ha iniciado la investigación del caso, manteniendo comunicación permanente con las autoridades mexicanas para determinar las posibles causas del suceso’. Al lugar arribó personal de la Base Aeronaval del Ejército Mexicano en Tapachula, junto con elementos de la Policía Municipal, Estatal Preventiva y la Guardia Nacional, para iniciar las diligencias correspondientes, aunque el sitio, a cuatro horas de la cabecera municipal, dificultó el acceso.
Autoridades comunitarias acordonaron la zona mientras se realizan las investigaciones y labores de rescate de los restos.