Tras dos semanas de paro nacional que ha dejado a más de 800 mil niños de educación básica sin clases en Oaxaca, municipios de los Valles Centrales y la Sierra Juárez exigen al magisterio oaxaqueño el retorno a las aulas.
La situación ha generado una creciente preocupación entre las autoridades locales y los padres de familia por el impacto educativo en los menores, como el caso de San Jerónimo Tlacochahuaya, que había dado un ultimátum a los maestros de la Sección 22 para regresar a las aulas este 2 de junio.
La advertencia indicaba que, de no acatar, la escuela Jardín de Niños “Melchor Ocampo” sería entregada a la Sección 59. Sin embargo, la solicitud quedó en el aire, ya que la Sección 22 mantiene el paro de labores.
Por su parte, la “Unión Liberal de Ayuntamientos (ULADI), Asociación Regional de Municipios Indígenas del Distrito de Ixtlán de Juárez”, que representa a 26 cabeceras municipales y 70 localidades, también ha expresado su preocupación ante la falta de clases.
Juan Ruiz Pacheco, presidente; Petra Santiago Reyes, vicepresidenta; Efraín Juárez Lara, secretario; y Juan Carlos García Sánchez, Tesorero de la Mesa Directiva de ULADI, hicieron un llamado a los docentes para que regresen a sus actividades.
“Sabemos, reconocemos la lucha del magisterio, sin embargo, también hacemos saber el planteamiento y la necesidad que se vive en las comunidades, agradecemos puedan tomar en cuenta esta situación”, manifestaron los representantes de ULADI,
En el oficio reconocieron las demandas de los maestros, pero enfatizaron la urgencia de reanudar las clases para evitar mayores afectaciones a los alumnos.
Al llamado de las autoridades municipales también se sumó la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), al señalar que se ve afectado el derecho a la educación de las y los niños.
La presión social y comunitaria sobre el magisterio crece a medida que se prolonga el paro en la Ciudad de México, por desacuerdos en la Sección 22 de la CNTE.