A un mes de la firma de un acuerdo de conciliación entre los Servicios de Salud (SSO) y la familia de los dos niños oaxaqueños que murieron de rabia entre diciembre de 2022 y enero de 2023, el monto económico fijado como reparación del daño no ha sido entregado a los deudos porque la condición es que éstos, primero, se desistan de la denuncia penal interpuesta contra la dependencia ante la Fiscalía General de Oaxaca.
La Comisión Estatal de Arbitraje Médico (CEAMO) informó que el acuerdo entre ambas partes fue suscrito hace aproximadamente un mes, pero que hasta este viernes no habían sido liberados los recursos ante la falta de notificación del desistimiento de la parte afectada.
Consultado por este medio, el organismo sostuvo que por normativa está imposibilitado de dar a conocer el monto de la indemnización, pero agregó que la autoridad competente ha reconocido su responsabilidad en los hechos.
“Estamos esperando que ellos hagan su proceso de desistimiento en otras instancias, como la Fiscalía, para que hagamos la entrega del cheque que hayamos convenido”, dijo el presidente de la Comisión, Alberto Vásquez San Germán.
El funcionario informó que existieron fallas tanto en la atención que recibieron los pacientes –tres hermanos de 8,7 y 2 años de edad—durante los 20 días posteriores a su contagio, como en la estructura del sistema sanitario, lo que derivó en la muerte de los infantes -una niña y un niño-.
Vásquez San Germán confirmó que, primeramente, la familia de los niños buscó atención médica en su comunidad de origen, Palo de Agua, San Lorenzo Texmelucan, pero que no consiguió su cometido debido a que la clínica de salud no contaba con personal.
Luego, acudió al hospital de La Paz Teojomulco, donde tampoco hallaron personal, por lo que contrató los servicios de un médico particular, que se avocó a prescribir paliativos a los pacientes y no solicitó los exámenes pertinentes para descartar un contagio de rabia.
Al no tener mejoría, la familia y los menores regresaron al hospital de La Paz Teojomulco, donde en esa ocasión sí fueron atendidos pero, nuevamente, los trabajadores no hicieron un diagnóstico “preciso”, a pesar de que el niño de siete años llegó con retención urinaria.
El personal del nosocomio regresó a los pacientes a su domicilio, pero en los días subsecuentes desarrollaron síntomas neurológicos y fue cuando acudieron al Hospital Regional de Sola de Vega, donde los refirieron a los tres menores al Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”.
“En Sola de Vega, ya con la sintomatología florida y con los antecedentes de la mordedura de murciélago, concuerdan que es un problema de probable rabia y son enviados al hospital ‘Aurelio Valdivieso’”, indicó San Germán.
“Llegan con la sintomatología de la enfermedad y ya en ese momento nada se puede hacer. La rabia es prevenible, pero ya en su parte florida ya no es curable”, abundó.
“En las primeras atenciones es en dónde tuvieron que haber diagnosticado para poder proceder con el tratamiento adecuado y poder evitar que la enfermedad se desarrollara en el cuerpo de los dos niños”, explicó.
El niño de siete años murió el 28 de diciembre de 2022; su hermana, de 8 años, el ocho de enero de 2023, y la hermana de ambos, de dos años, fue dada de alta el 30 de diciembre al ser asintomática.