Jazmín GÓMEZ
“Un preso político es hostigado en todo momento, mi historia es muy larga, mi experiencia es mucha sobre el hostigamiento que un preso político recibe en todo momento en su celda, es cambiado de un penal a otro, se debe tener mucha habilidad y fuerza para resistir, para vencer el miedo principalmente”, reveló Álvaro Sebastián Ramírez, uno de los más de 155 presos loxichas detenidos el 15 de diciembre de 1997 y liberado este 7 de julio junto con Abraham García Ramírez.
Álvaro Sebastián Ramírez fue detenido durante el gobierno de Diódoro Carrasco Altamirano por elementos de la Policía Estatal y de acuerdo a sus familiares del 15 al 26 de diciembre fue torturado física y psicológicamente en una cárcel clandestina para que se declarara como responsable del delito de homicidio por un conflicto suscitado en Santa Cruz Huatulco en donde integrantes del Ejército Popular Revolucionario atacaron instalaciones de la Infantería de Marina, de la Policía Preventiva del Estado, de la Policía Judicial del Estado, de la Policía Judicial Federal y de la Policía Municipal, donde nueve personas perdieron la vida.
Después de 19 años y 7 meses de estar en prisión, y obtener su “Libertad Anticipada”, Álvaro es uno de los tres últimos indígenas loxichas que permanecían preso, queda aún en el penal de Mengolí Miahuatlán, Zacarías Pascual García López.
Recuerda que lo acusaron por varios delitos del fuero común, pero el delito de homicidio calificado del fuero federal fue lo que lo mantuvo en prisión todos estos años, que expresa lo fortalecieron aún más, sin arrepentirse de sus convicciones y de su lucha por el pueblo loxicha.
Al ser cuestionado si pertenecía al grupo rebelde del EPR señaló “Les puedo decir que me considero un luchador social en Santa María Loxicha, con una lucha pacífica por las demandas económicas y sociales de los loxichas”.
Destacó que le fueron fabricados los delitos de los cuales lo acusaron, pero a más de 19 años preso, está convencido de estar más fortalecido, y ocupará los siguientes meses para dedicarlos a su familia e informarse de lo que pasa en el estado, en el país y en el mundo.
“Para mí, la cárcel sirvió para prepararme más, hace 20 años conocía poco, ahora hay más experiencia, hace 20 años mi visión era corta ahora mi visión es más arriba. Voy a seguir trabajando con compañeros de Congreso Nacional Indígena, con la Red contra la represión y por la solidaridad”, puntualizó.